martes, 20 de octubre de 2015

Sin sentido #8

Un mes y unos días han pasado para poder volver a ponerme delante de la pantalla del ordenador y dejarme llevar por lo que mi mente necesita contar aquí.
Es demasiado tiempo, muchos problemas, inquietudes, llantos y decepciones. El mes de septiembre y octubre ha sido duro, pero aún así poco a poco he ido viendo la luz y descubriendo múltiples cosas. Tanto buenas como malas. He perdido a gente, pero también he ganado mucho, quizás más de lo que he perdido, y ya no es solo la cantidad, es la calidad. Ha sido unos meses llenos de papeleos, de dudas, de problemas, de desconfianza y de amor. Podríamos empezar a escribir frases sin sentido ¿no?

Cuéntame más. Duda. Llora. No puedes dormir, el miedo y la angustia te puede. Empiezas a ver los diferentes lados de ese cubo que tienes frente a ti. Y es cuando te das cuenta de que no es tan cuadrado como pensabas. Papeles, llamadas, escribe. Está mal. Vuelve a hacer todo el trabajo en unas horas. Hablamos frente a tu tutoría, vuelves a demostrarme que confías en mi, que puedo con ello. Más papeles, sellos y firmas. Cabreos y llantos de nuevo. Más y más agobio. Empieza el curso. Se avecinan curvas. Todo va muy rápido y sigue habiendo miedos y angustias, pero siempre prevalece un pilar fundamental que ha conseguido que me agarre a él en la tempestad más horrible. Vamos a una charla, para creernos inteligentes tal vez, o para descubrir y desenterrar uno de mis más mayores deseos. 25 de septiembre. Secretaría. 1 año. Libro rojo que le pone etiqueta a aquello que no tenía nombre y un anillo que sella la amistad más real que he tenido en mi vida. Un gran día, sin dudarlo. Mis dos pilares siguen ahí, aguantando el techo que puedo ver como poco a poco sigue tambaleándose avisándome de que va a caer en cualquier momento. Me tumbo en la cama y me agarro a ti, lloro, mi llanto es doloroso, sigo sin ver la luz al final del túnel, mi futuro es incierto y mis dudas son cada vez mayores con respecto a qué debo hacer.


Poco a poco va saliendo el sol, puedo notarlo. Noto como me calienta el pelo y como puedo ver mejor el  camino a seguir. Un mes complicado, agobiante y desesperante, pero ahora empiezo a subir la escalera y no necesito ayuda, puedo sola. Estoy deseando volver a ver la cima y seguir andando sin miedo a nada.

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