lunes, 31 de diciembre de 2012

Adiós 2012

Buenos momentos. Malos momentos. Lloros. Ansiedad. Angustías. Risas. Abrazos. Amor. Sexo. Viajes. Decepciones. Pérdidas. Ganancias. Estudios. Universidad.

Mi año se puede resumir en unas pocas palabras. Este año ha sido de los peores a la par que ha sido espectacular.

Recuerdo como empecé. Tomándome las famosas uvas y pidiendo que fuera el mejor año de mi vida, el año en el que comenzaría a estudiar en la Universidad. Mi número favorito 12. Era mi año en toda regla. Pero al final no fue así. He pasado de estar rodeada de gente a verme sola en incontables ocasiones. Miles de "amigos" me dejaron de hablar, bien por problemas o por la distancia. He conseguido otros miles de amigos, pero que al final me han ido fallando uno tras otro. Uno por uno.

Este año ha sido bonito. Aún recuerdo esas mañanas y tardes estudiando con mi chico para la selectividad. Quería ser psicóloga por todos los medios. Quería conseguirlo. Granada era mi destino. Estudié como si no hubiera mañana. Los resultados fueron mucho peor de lo que jamás habría imaginado. Las notas medias habían subido, la Psicología se iba desvaneciendo en mi mente. Pero algo me sorprendió. "Sociología en Granada". Busqué información. Me gustó. Pero decidí creer y ver si mi destino era resignarme a estudiar esa carrera en lugar de Psicologia. Septiembre llegó. Y con él, el no poder estudiar lo que amaba. Me armé de valor y decidí hacer Sociología en Granada. Quizás ese fuera mi destino. Mi amigo Andrés, el cual lo conocía poco pero lo suficiente, se ofreció para vivir a mi lado. Decidí aceptar la petición pese a que una de mis mejores amigas se negó en rotundo. Me dijo que lo pasaría mal y que nos pelearíamos mucho. Yo decidí arriesgarme y apostar por él.

Entramos juntos al piso. Era genial, era magnífico. Mi universidad me gustaba, mis compañeros igual. Mis compañeros de piso eran geniales a su manera. Tenía a mis amigas, una de Erasmus y otra en Málaga. Poco a poco el curso fue avanzando. Me gustaba estar en Granada, el único problema era la distancia de mi chico que estaba en Jerez y no podía permitirme verlo todos los fines de semana.
Las cosas fueron mejorando, la relación con mis padres era cada vez más fuerte y bonita. Mis amigas eran las mejores. Mis compis de clase y casa eran magníficos. Mi pareja era única. Y poco a poco llegaron las disculpas de gente del pasado, cosa que me fortaleció aún más y me hizo tener más seguridad en mi misma.
Estaba llena, completamente orgullosa de donde había llegado.

Pero claro, todo no puede salir bien. Comenzaron las primeras disputas entre mis mejores amigas. Una consiguió distanciarse más y todo el grupo se lo recriminó. Aún recuerdo en mi habitación, ella y su chico. Ella llorando y yo intentando no llorar a su lado, quise ser dura para que las cosas se entendieran a la perfección. Esa noche salimos juntas, decidí confiar en ella y darle una "oportunidad".

Las cosas en el piso comenzaron a ir a peor, teníamos problemas con un vecino que no estaba muy bien, nos amenazaba de muerte. Bea, la compañera de piso se fue. Nabil cada vez traía a más gente. Incluso tuvimos que aguantar cocaina en la mesa. Fue un horror. Solo Andrés y yo nos quedamos en casa. Pronto encontramos un compañero nuevo de piso. Las cosas mejoraron. Conseguimos echar a Nabil. Entró otro compañero nuevo. La casa estaba mucho más limpia aunque con un olor ligero a mariwana.

Me fui de puente a Jerez con mi chico. Fue una semana extraordinaria. Lo peor fue cuando volví a casa y me faltaban cosas. Hablé con Andrés y Dani. Le eché la culpa a ambos. Andrés se enfadó mucho conmigo. Me dijo cosas muy feas. Muy malas. Me sentí decepcionada por su parte, pensé que era un amigo de verdad. Ambos habíamos estado unidos hasta para las depresiones que nos daban. Habíamos llorado, reído incluso vestido juntos. Eramos uña y carne, pero eso desapareció por una pelea insignificante. Mis amigas me apoyaron, como lo hacen siempre. Una de ellas, la que estaba estudiando de Erasmus, se ofreció a quedar conmigo tras ese conflicto. Acepté.

Con ella las cosas fueron de mal en peor. Un malentendido acabó destrozando una relación de 14 años. Ha sido una de las cosas más duras que me ha pasado a lo largo de mi vida. Mi relación con Andrés mejoró, decidí darle una "oportunidad" y se superó con creces. Me preparó una cena riquísima con el sonido de Billy Talent de fondo, nos fuimos de fiesta. Volvimos a llorar juntos a apoyarnos, me di cuenta de lo mucho que lo quería pero a su vez el miedo que tenía a que me fallara.

Volví a mi pueblo por navidad. Creo que fue un error decidir eso. Llegué esperando algo que nunca llegaría, el cariño de mis padres. Estaban como siempre, fríos. Odiaba estar aquí, encerrada bajo cuatro paredes. La relación con mi chico solo eran peleas tras peleas. Mi estado de ánimo estaba bastante por los suelos y eso conseguía que me hundiera con cualquier cosa. Decidí ir al médico para tratar mi problema. Me diagnóstico. Me terminó de hundir. Mis "amigas" ya no lo eran, ni la una ni la otra. Una se apoyaba en la otra, y yo como una estúpida preferí esperar mi turno, turno que jamás llegó. Las he perdido a las dos, claramente es así. Supongo que los amigos son así, vienen y van y uno no sabe muy bien por qué.

Las cosas con mi pareja van tomando rumbo de nuevo, intento sonreir más. Pedí ayuda a mi madre, no podía sola.

Y ahora me encuentro aquí, escribiendo a tan solo unas horas del fin de año. De este año 2012. Ha sido bueno, pero ha tenido un nudo y desenlace bastante malos. Espero que este año que empieza sea mucho mejor y que no me lleve tantas decepciones. Para empezar, lo haré tomándome 13 uvas.

Feliz año nuevo.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Tengo un problema

Así empieza el blog. Tengo un problema. Ya tiene nombre. Cuando mi madre me lo dijo no quería que tuviera razón. El médico lo confirmó y fue cuando me derrumbé aún más de lo que ya estaba.
Ahora lo veía todo más claro, ahora le veía sentido a todos mis estados de ánimo tan dispares. Cuando tomé conciencia de ello fue cuando me di cuenta de la gravedad del asunto.

Las paredes se me juntan continuamente, la vista se nubla, estoy feliz contenta y a los dos segundos estoy con ansiedad, llorando y pensando en soluciones tan drásticas como la muerte. Hago daño a las pocas personas que me rodean, las trato como animales, pero es algo que se que está mal, pero me produce placer. Un placer infinito saber que gano la batalla. Cuando vuelvo en mi, me doy cuenta de lo que he hecho y me vuelvo a venir abajo. Me hundo por ser quien no soy, por convertirme en un ser odiado, por darme asco a mi misma.

Tengo poco apoyo, tan solo tres personas saben realmente lo que me ocurre, me da pavor apoyarme en la gente y que me vean como un animalito al que hay que cuidar, como ese cachorrito recién nacido ¡no! odio que me miren con pena diciendo "mírala, que pena da, cuidémosla". Es injusto, pero es así.

Supongo que algún día sanará y todos los males se irán por donde han venido, pero quizás para cuando ese día haya llegado, yo esté completamente sola.

sábado, 22 de diciembre de 2012

La sinceridad

Todo ser humano exige sinceridad pero ¿acaso es sincero al 100 por 100? NO.

Nadie es sincero, ni tu propia madre. Preguntate, si tu madre no es sincera al 100% ¿acaso tus amigos si? NO.

Se que este post traerá muchas críticas, muchos odios, pero necesitaba expresarme y poder hacer ver a la gente lo sencillo que es todo y lo mucho que se complica todo. 

En un grupo de amigos, siempre hay disputas, bien por celos, por malentendidos, por estupideces basicamente. En mi caso, ha sido por un popurrí de cosas. Creo que no todos han sido sinceros y por eso ha habido secretos, problemas no resueltos y odios. Siempre he sido la que ha dado la cara por todos en todo momento, siempre he sido yo. Había problemas entre dos personas, yo me metía y hablaba con las dos, y conseguían que hablaran entre ellas para solucionar las cosas ¿consecuencia? yo era una falsa, una chivata, una mentirosa ¿lo que yo pensaba? sólo lo hice para que no halla mierda y la relación de amistad consiga fluir de la manera más limpia posible. 

¿Final? cada uno por su lado, comienzan los "grupitos" innecesarios, y las críticas popularizadas, las indirectas vía Twitter, Facebook, o mi madre en bicicleta. ¿Lo injusto? que por guardar "x" cosas, se puede destruir una relación de amistad de unos meses, o incluso unos años. 

La amistad está para lo bueno y lo malo, es normal las peleas, las críticas e incluso el odio y los celos, pero no es normal llevarlo todo a un extremo. 

Me encantaría que otra persona que no fuera yo, propusiera quedar, hablar las cosas tomándonos un café, como personas maduras y no insultarnos por Twitter y otras redes sociales, creo que ese es el error más grande y más sencillo. Se que esto no va a ser posible, porque pienso que nadie tiene la capacidad de proponer algo así, ya que cada uno está montado en su "borrico" y no piensa bajar y mojarse los pies. 

Yo creo que ya he dado demasiado, que me he llevado demasiado por darlo todo, así que esperaré, si las cosas no se solucionan, quizás no merecieran la pena tanto como pensé, imaginé y creí ¿no os parece?

Gente que se sienta identificada por este post, no me matéis, solo quería que lo supiérais. 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Navidad

Las calles se tiñen de sonrisas,
las tiendas están repletas de deseos.
Miro al cielo y solo veo luces.

Hace frío.
Granada se llena de bombillas de colores.

Y ahora, yo me siento más plena, más satisfecha. 
Respiro hondo. 
Navidad.
Ya puedo oler las castañas asadas, que rico aroma. 

Ya veo manos repletas de bolsas, de regalos.
Ojos brillantes.

La Navidad está aquí. 

¿Qué nos ha pasado?

Esa nota de música que te recuerda a todo tu pasado, presente y seguro que a tu futuro. 

Ahora mira a tu alrededor, toda esa gente ¿cuando perdieron la sonrisa? 
¿Qué nos ha pasado?
Cuanto más suframos más aprenderemos.
Amar es una forma de vida.
Hoy es el día que nunca pensaste que llegaría.
No se trata de llevar la razón, se trata de llegar a creer en ti mismo. 

No  importa que se rian de ti, que no entiendan porque eres así, quizás no aprecien realmente como eres.
Nunca dejes de soñar, sería injusto dejarse llevar por el qué dirán de los demás.

En la calle todos me miran mal, pero eso ya no afecta a mi felicidad. Ya no me siento sola, solo yo se porqué. 

Yo aprendí a quererme ¿tu te quieres? 
No me detiene el miedo al ser diferente. 

Se que todo lo malo pasará y la verdad siempre saldrá a la luz. Es muy sencillo. 
No me siento sola, solo yo se porqué.
Veo de otra manera la realidad y se que por eso soy feliz. 

martes, 18 de diciembre de 2012

Random

Despierta, levántate, mira a tu alrededor. ¿Donde estás? ni tú mismo lo sabes. Te impresionas. ¿Donde estás? te mueves de un lado a otro drogado, sin conocimiento del lugar donde te encuentras.

Respiras, reaccionas, te levantas, te miras al espejo. Ahí estás tú. Ahora sal, salta, SALTA. TIRATE. VAMOS, JODER, VAMOS, ALLÁ VA... Salta por la ventana. ¿Notas como vuelas? das saltitos en esas ilusiones tan reales, sigues sin saber donde estás ¿donde estás? Aquí, conmigo, cállate.
Respira.
Escúchame.
Óyeme.
Llámame.
Ahora espera.
Teléfono.
Mirada.
Nervios.

Y ahora...

ME HAS BLOQUEADO, Y AHORA VAS A MORIR.

¡¡VAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAMOOSSSS!! 

SALTA, GRITA, CORRE, LLORA, CANTA, BAILA, DRÓGATE, BEBE, SEXO.

¡VAMOS TODO ESTÁ A TU PUTO ALCANCE! 

SE LIBRE, SIÉNTETE LIBRE, GRITA Y SE EGOÍSTA.

SIENTE LA MÚSICA COMO PENETRA EN TUS OIDOS Y MUEVE TODO TU CUERPO. 

domingo, 16 de diciembre de 2012

Jerez de la Frontera V


Me levanté con una sonrisa en los labios, aún me quedaba un día entero a su lado.







Me puse a estudiar, tenía que terminar las prácticas antes de que llegaran los compañeros de Victor. Venían a comer paella, Aitor y yo estábamos invitados. En cuanto terminé, me arreglé, me pinté y salimos. Había más de diez personas mirándome. Sin miedos, me presenté uno por uno, todos eran estudiantes de enfermería. Reímos mientras el cocinero, Victor, iba sacando platos con paella ¡que rica estaba! todos sonreían mientras hablaban de cosas de médicos, me encantaba oírles, era como estar en House.

Llegó la hora del postre. Dos enormes tartas satisficieron mis ganas de algo dulce. Seguimos charlando y bebiendo cerveza.

Mil y una anécdotas se oían en ese salón de gente risueña, con ganas de darlo todo, era magnifico.

Serían las siete de la tarde y aún estábamos de risas, echando fotos. Pero llegó la hora de irse.

Mi chico me comentó que sus compañeros de universidad querían conocerme, pero yo tenía que madrugar a la mañana siguiente así que propuse que vinieran ellos hasta la casa y cenáramos juntos. La cara de este fue genial, le gustó la idea.
















A las dos horas y algo, llegaron. Primero llegó un chico, Alex, era muy simpático y risueño, parecía un locutor de radio, me reía muchísimo con él, era todo amor. Más tarde llegaron las dos chicas, Blanca y María. Las dos tenían un pelo larguísimo que despertó mi envidia. Estuvimos cenando y hablando, contándonos cosas, riéndonos de todo, fue genial conocerlos, me cayeron genial, eran grandes personas.

También conocí a Cristina, la esperada Cristina y a su perrita. Eran tal para cual, las dos monísimas, gran persona ella con gran corazón. Más tarde conocí también a Azahara.

Me sentí tan a gusto ese día, que no quería irme a Granada, quería quedarme en esa casa, encajaba a la perfección, pero eso no era posible.

Esa noche mi chico y yo nos acostamos sabiendo muy bien, que era el último día, la última noche. Permanecimos abrazados toda la noche queriéndonos como nunca, porque sabíamos que pasarían dos semanas hasta que nos volvieramos a ver.

Ese reloj me mató, era la hora, tenía que irme. Me arreglé tan rápido como pude, Aitor fue a comprar pan para hacerme un bocadillo para el viaje, cosa que agradecí enormemente cuando me dio hambre. Cuando llegamos a la estación, tan solo esperamos unos minutos antes de que llegara el tren. Cuando este estacionó, y me monté, quise pedirle que subiera conmigo, que viniera conmigo, que no me dejara allí, que quería estar con él lo más posible, pero eso no fue así.

Le di el beso más dulce y sincero que jamás le había dado, subí, me senté y sonreí, lo quería más de lo que jamás habría imaginado, lo amaba, y sabía perfectamente que quería pasar el resto de mi vida a su lado.

Jerez de la Frontera IV

Desperté. Aún dormida, pude observar que él ya no estaba, la cama estaba vacía. Me hice la remolona hasta despertarme, sabía que estaría en el salón con su enorme sonrisa para recibirme con los brazos abiertos.

Llovía, hacía un día de perros, pero eso no me importó. Como una niña que va a buscar su chuchería, lo busqué, y ahí estaba, con su característica sonrisa mágica que consigue que todos los males desaparezcan.

La tarde fue algo diferente. Me dispuse a buscar el horario de salida para el autobús del día siguiente. No había plaza, comencé a ponerme nerviosa, no quería faltar a las prácticas de Ciencia Política.

Comencé a ponerme nerviosa pese a que mi chico intentó tranquilizarme, fuimos hasta la estación discutiendo intentando arreglar lo del autobús, pero no había solución, no había plaza. Tras muchas palabras malsonantes, conseguí entrar en razón y plantearme que quizás él tuviera razón de la solución que estaba proponiendo. Decidí confiar en él.

Compramos un billete de tren para el lunes, que llegaría con la hora justa pero lo suficiente para poder entregar la práctica de Ciencia Política.

La verdad es que fue un día espantoso, mi miedo a no estar en la universidad para la práctica consiguió que estropeara el viaje, que estropeara todo lo mágico que había sido todo. Me arrepentí. Cuando llegamos a casa, intenté quitarle hierro al asunto y a poner de mi parte para que todo se olvidara. Quise hacerle entender que mi miedo superó a mis sentimientos y que por eso me puse así, creo que lo entendió pero eso no fue una excusa. Lo había estropeado y lo sabía, quise culparme por ello, por haber destrozado todo.

Esa noche cenamos mientras veíamos "Cuerpos embarazosos". Esa noche lo sentí frío en la cama, en parte lo entendí y no quise darle más importancia, fue un error mío y tenía que acatar las consecuencias. "Mañana será otro día y lo haré mejor". Con ese pensamiento me quedé dormida.

Jerez de la Frontera III

Volví a quedarme dormida, estar allí era como un paraíso que conseguía que descansara en paz. Esta vez cuando me desperté no le vi a mi lado, asustada, lo busqué. Estaba en el salón. Cuando me vio sonrió. No pude evitar devolverle la sonrisa.

Decidimos ir al centro comercial. La idea fue genial, me encantó. Sin más dilación, nos preparamos para andar unos 45 minutos hasta llegar a nuestro destino.

Pude contemplar un poco mejor, la belleza de Jerez, belleza a su modo. Realmente me sentí algo estafada, pensé que sería más bella, aunque no me quedó más remedio que conformarme pues allí estaba alojado mi chico.

Las calles no estaban llenas de transeúntes como en Granada. Eso tenía su ventaja, podrías disfrutar de aquello como si solo pasara una vez en la vida.

De vez en cuanto sacaba la cámara para inmortalizar a mi chico, me encantaba pillarlo desprevenido, era como mejoro salía.

Al fin llegamos al sitio esperado, era un gran centro comercial, había tiendas por todas partes y de cualquier cosa. Decidí entrar a Shana y comprar dos jerseys que me gustaron en Granada. A mi chico también le gustaron así que decidí comprarlos sin duda, aunque más bien, me los regaló él.



Tras una larga tarde de compras, el atardecer inundó Jerez de la Frontera, y con ello terminamos nuestra visita por el centro comercial. 

Llegamos a casa cansados, pese a que la vuelta la habíamos hecho en bus. Estuvimos un rato hablando con el compañero de piso de mi chico, cenamos y nos acostamos, había sido un día duro, habíamos andado muchísimo y el cuerpo no podía más. 

Esa noche caí rendida de nuevo a los brazos de mi chico y por consiguiente dormí como una niña recién nacida. 

Un beso bastó para desearme las buenas noches para sentirme completamente llena. 

Jerez de la Frontera II

Me levanté drogada de amor. Abrí los ojos y ahí estaba él, a mi lado. Sonreí. Decidimos levantarnos y almorzar, era tarde, había dormido como los ángeles.

La tarde fue bastante amena. Entre muffins y risas variadas, el día terminó sin nada interesante. Me gustaba estar allí, con él. Juntos.

Esa noche, volví a dormir, pude descansar sabiendo que a la mañana siguiente, él seguiría a mi lado.

Jerez de la Frontera I

Me monté en el autobús sin muchos ánimos. Sabía que había cometido un grave error y debía remediarlo como fuera. El trayecto fue muy largo, se me hizo eterna la espera de poder rozar su piel, apoyarme en sus labios y fundirme con su cuerpo.

Llegué. Estuve esperando con nerviosismo su llegada. En un abrir y cerrar los ojos estaba allí. No sabía como reaccionar. Lo abracé, respiré hondo y aguanté las lágrimas. Hice como si nada hubiera pasado y fue cuando nos besamos.  Me besó como si hubiera necesitado urgentemente de mis besos para poder responder a miles de preguntas. 

De camino a su casa, intercambiabamos besos, miradas, sonrisas. Al llegar, me pidió que le hiciera caso en todo momento, eso hice. Entramos y me llevó a su cuarto. Había como una especie de juego. Tenía que ir leyendo unos folios y descubriendo pistas. Todas esas pistas me llevaron a él. Le besé. Pero el juego aún no acabó, me llevó a una puerta misteriosa. La abrí. Un golpe de calor invadió mi rostro. Pude observar como había preparado un baño de sales con olor a lavanda y velas perfumadas. Le volví a besar. Esta vez lo sentí mucho más cariñoso, más entusiasmado, más caliente que nunca.

Tras besos apasionados y caricias deseadas, nos metimos en la bañera, estuvimos hablando y me paré a disfrutar de la paz que había en esa casa. Él se salió antes, yo permanecí con los ojos cerrados allí, profunda en el agua con olor a lavanda.

Me vestí y allí estaba él, haciendo una rica cena.

Cenamos sin para de hablar.

Caí rendida en la cama, no podía estar tan cansada, el viaje fue largo y no sabía que ocurriría en Jerez, tenía miedo de que las cosas salieran mal, pero para mi sorpresa salieron mejor de lo que jamás habría imaginado. Esa noche, nos amamos a voces.


viernes, 14 de diciembre de 2012

Palos y más palos

Creo que esta es la semana de los palos, me he llevado palos por todos lados de todo el mundo.

¿Qué he aprendido? 
Quizás tenga que cambiar radicalmente de amigos, quizás tenga que renunciar a toda Lucena entera para poder empezar de verdad aquí. La gente que estoy conociendo en Granada no tiene nada que ver con la que hay allí.
Creo que ese es el secreto, la gente de Lucena apesta, las cosas están demasiado negras allí, creo que no debería tener vínculo con prácticamente nadie. Quizás halla gente que se sienta ofendido por esto que estoy escribiendo, pero es mi blog, supongo que lo utilizo a modo de desahogo. Creo que volveré a escribir más regularmente, escribir me ayudaba a mi misma a darme cuenta de las cosas, supongo que por motivos de tiempo y agobio, no he podido, pero ahora se que lo necesito, me viene bien.

Soy fuerte, y no me van a hundir más, se como soy, lo que hago y lo que estoy dispuesta a hacer, no me cansaré de levantarme, porque gracias a eso, voy madurando poco a poco y eso me encanta. Así que cuando empiece Enero será lo primero que haga, tomar otras vías de escape.

"Si quieres resultados diferentes, prueba a hacer cosas diferentes"

Eso haré, y estoy segura de que todo irá bien. Confío en ello, confío en mi y en mi capacidad para conseguir que todo vaya a su curso.

Buenas noches Granada.

jueves, 29 de noviembre de 2012

I feel fine

Me siento bien, segura de mi misma. Las cosas van tomando su rumbo, van siguiendo su cauce, van llegando las recompensas de hechos pasados, mi vida va complementándose a un ritmo vertiginoso.

Me levanto y tengo varios whatssap de la gente que me aprecia, conecto el ordenador y de momento mis amigos me piden consejos, me animan a jugar a las tantas de la madrugada y echarnos unas risas. A las tres de la mañana me llaman para saber si todo va bien, a las cuatro me mandan un mensaje de buenas noches. En el piso todos me quieren, me adoran, me tratan como una princesa. Se levantan y vienen a verme, a desearme los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches.

En mi habitación siempre hay gente, bien amigos, exs, primos, compañeros de piso... es genial estar siempre rodeada de gente y conseguir que por primera vez, no me sienta sola, me sienta reconfortada por todo lo que me rodea. Supongo que a lo bueno se adapta uno facilmente, yo lo estoy consiguiendo, haciendo lo que quiero, cuando quiero y a la hora que quiero.

¿Qué tengo que estudiar y me apetece hacerlo a las cuatro de la mañana? no hay problema, puedo hacerlo teniendo la certeza de que un par de amigos estarán por la noche conmigo haciéndome compañía vía Skype.

Me pregunto ¿acabará todo esto? ¿terminaré estando como en Lucena? ¿Perdida, desilusionada, angustiada? automaticamente me respondo: "para cuando eso ocurra yo ya seré demasiado feliz y dejaré de darle importancia a cosas que no lo precisan".

Granada, I FEEL FINE.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Madurar

Con el paso del tiempo vas madurando, vas aprendiendo cosas que te hacen crecer como persona. Conforme vas madurando, notas como le das cierta importancia a cosas que antes no eran más que un estorbo.
Poco a poco consideras dejar de ser egoísta y prestar ayuda a los demás. Aprendes a compartir, a aprovechar las cosas, a administrar el dinero, a convivir con gente muy diferente a ti. Vas dándote cuenta de lo duro que es llevar una casa y que tengas que hacértelo todo, que no haya nadie ahí para que te ayude cuando quieras un vaso calentito de leche.

Aprecias el valor de tus padres y en cierto modo los admiras, te preguntas ¿cómo pueden hacerlo todo y aún así mantener las ganas de sonreir? ¿Cómo mi madre que trabaja durante toda la mañana, luego llega a casa y nos hace la cena? pero esa pregunta sólo te la haces cuando tienes que valerte por ti mismo, cuando eres tu el que decide que comer mañana y cuando se debe separar la ropa blanca de la ropa de color. Eres tú el que decide limpiar la casa y que todo esté en orden. Eres tu el que a pesar del cansancio sigues sonriendo.

Maduras cuando miras hasta el precio de las bolsas de basura. Maduras cuando aún pasando por las tiendas de moda, resistes y piensas "comer es más necesario que ir a la moda". Maduras cuando los estudios van antes que las fiestas. Maduras cuando nada te importa más que todo vaya bien en la vida, en tu nueva vida.

Granada ha sido esa pizca de sal que me faltaba. Necesitaba salir de casa y valorar cosas tan simples como el coste de un paquete de arroz. Quizás os suene a tontería, pero he aprendido a valorar todo lo que tengo mi alrededor. Aún siendo una niña caprichosa, he logrado detener mis impulsos y ahorrar, comprar lo justo y lo barato, y no permitirme caprichos. He aprendido tantas cosas en Granada que espero no dejar de aprender. Para mi, es grande saber que me estoy convirtiendo en una gran persona, en aquella persona que siempre he querido ser. Una mujer fuerte, con carácter, pero, cariñosa y con gran espíritu. Una chica que pueda valerse por si misma, que sepa hacer las tareas de casa, compaginar la universidad y a la vez, mantener una relación a distancia. Hoy por hoy estoy contenta, orgullosa por haberme convertido en lo que soy ahora. Espero demostrarles alguna vez a mis hijos, que en la vida hay que ir aprendiendo poco a poco, y que hay que valorar mucho el trabajo de unos padres trabajadores, porque aún a día de hoy, no tengo ni idea, de como se puede sacar las fuerzas que sacan ellos, y que la sonrisa no se les borre del rostro.

Quiero seguir mejorando, aún quiero ser más buena persona. Quiero demostrarle a todos los de mi alrededor que soy yo misma, y ahora más que nunca. Que no me oculto bajo ningún velo. Que soy yo. Ana Escudero Caballero, una chica de 20 años nacida en un pequeño pueblo de Córdoba, con una hermana maravillosa y unos padres dignos de recibir un premio del año.

Gracias papá y mamá por ofrecerme la oportunidad de poder estudiar, gracias papá y mamá por darme ese apoyo incondicional, gracias papá y mamá por ser mis padres, por quererme como tal y por hacer que poco a poco, vaya siendo mejor persona. Gracias.

domingo, 11 de noviembre de 2012

De la noche a la mañana

De la noche a la mañana todo se vuelve negro. Hay momentos en los que me permito dudar si estoy haciendo algo mal, si la verdadera culpa de todo es mía, pero me doy cuenta de que no soy yo la culpable.

Estoy cansada, tan cansada que me he planteado irme de esta casa. Cansada de levantarme y no ver más que la suciedad de mis compañeros, cansada de que desaparezcan cosas mías que las he tenido que pagar con mi dinero. Se me nota perfectamente que mis ojos están hinchados de llorar y mi cuerpo agotado, aún así, nadie se para a preguntar "¿Oye Ana, qué te ocurre?" es mejor disfrutar de la compañía de alguien que preocuparte por aquella persona que vive a tu lado...

He decidido pasar, no hacer nada, ni tan siquiera limpiar mi parte, no hablar, ni comer junto a nadie, espero que así, se den cuenta de que poco a poco me están matando.


Buenas tardes Granada.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Preparada para fotografiar a mi Granada.

Con más energía que nunca, me voy a hacer unas fotos por las maravillosas calles de Granada. 

Es como un sueño hecho realidad.

Podré ponerle todo el sentimiento que está dentro de mi, para poder fotografiar a una obra de arte creada por la naturaleza.

Granada, que bella eres cuando sale el sol. 

viernes, 9 de noviembre de 2012

Granada llora


Granada, linda y bella Granada.
No llores, sabes bien que no hay nadie más bella que tu.


Granada, linda y bella Granada.
Eres bonita incluso cuando lloras.


 Granada, linda y bella Granada.
Eres dulce hasta cuando gritas y te iluminas en el cielo.



 Granada, linda y bella Granada.
Cada gota que se posa en el suelo es un deseo cumplido.




 Granada, linda y bella Granada.
Calles desiertas escuchando la nana de tu tenue lluvia.



miércoles, 7 de noviembre de 2012

Mi pequeña...

 Como un día normal, llegaba de la facultad muerta, cansada. Decidí ir al mercadona y comprar detergente que se me había agotado, de paso compré un par de yogures a 0.70 céntimos, me gustaba tener algo de postre tras las comidas. Llovía a mares, me estaba empapando debido a la inestabilidad con la que andaba, la compra pesaba demasiado, la carpeta de la universidad también y mi bolso estaba repleto.
Comencé a agobiarme, no sabía que hacer, así que decidí mojarme para poder así salvar los apuntes. Al fin llegué a casa, vi la propaganda y me dije "vamos a ver el folleto de Mediamark". Lo subí arriba a mi habitación.
Me dediqué a ordenar un poco el dormitorio, lo dejé algo desordenado por las prisas. Al fin me senté y decidí echarle un vistazo al folleto de Mediamark. Por lo visto era el aniversario del Mediamark pero sólo el de Granada, cumplía 7 años. Observé las tremendas ofertas que había, eran bastante llamativas. Y fue ahí, cuando pasé la página a la sección fotografía cuando me quedé helada.

"CANON 550D A MITAD DE PRECIO, POR TAN SOLO 399 €"

Pude notar como me subía un escalofrío y me recorría todo el cuerpo, no me lo podía creer. La cámara que yo quería a la mitad de precio, era espectacular. Respiré hondo y llamé a mi padre comentándole la oferta y el motivo por el cual debía comprarla ahora y no en Navidad que me saldría por casi 700 euros. Mi padre se mostró compasivo pero pude notar el "no" en sus palabras. Más tarde llamé a mi madre y me comenzó a decir todos los gastos que tenían, yo no pude evitarlo y rompí a llorar. Lloraba por la rabia de dejar escapar una oferta así. 
Pedro y Andy me apoyaron, y me comprendieron. Por una parte no quería la cámara por tal de no poner a mis padres en un compromiso, por otro lado, era una oferta que no podía dejar escapar. Esa noche dormimos los tres juntos en mi dormitorio, los dos metieron sus camas en el mío y estuvimos hasta las 5 de la madrugada charlando y riéndonos. 

A las diez y media sonó el reloj. Sin cansancio me levanté y pude observar que tenía tres llamadas perdidas de mi padre y un Whatssap de mi madre. Fui a llamarla para saber la respuesta, iba a aceptarla fuera negativa o positiva. 

"Tu padre te ha ingresado 400 euros, comprate la cámara pero asume que tienes que responder con hechos"

Mi corazón comenzó a latir con más fuerza que nunca. Me duché y miré al cielo, llovía como si no hubiera mañana, aún así, salí. No tenía ni idea de donde estaba el Mediamark, pero gracias a Google pude ubicarme. Fui andando, corriendo, hasta la estación, allí mi amiga Bea, había decidido acompañarme y mostrarme así, el camino a mi sueño. Cogimos el bus 3 y nos plantamos en la otra punta de Granada.

Cuando entré en el Mediamark aún tenía miedo de saber si la oferta era cierta o falsa, si todo había sido un sueño. Pero no, allí estaba ella, 399 euros cuerpo+objetivo. Me dieron ganas de saltar, gritar, llorar... pero me controlé, ya era lo suficientemente madura como para saber comportarme. Decidí comprarle la funda, para cuidarla como si fuera de oro. Cuando estábamos en la cola para pagar, mi mente se lleno de miedos "funcionará la tarjeta?" "¿estará el dinero?". No paraba de rallarme por preguntas sin sentido. Metí la tarjeta y pude ver "ACEPTADA". Fue cuando respiré hondo y dije mentalmente "¡¡¡¡MIIIIIAAAA!!!!!"

La vuelta fue lo peor, aún seguía lloviendo, y yo tenía miedo de que la cámara se mojara. Cuando Bea me dejó en la estación, cogí el último bus, el número 10 para llegar a casa. Entré en la calle Santa Clotilde asustada porque alguien me robara mi tesoro y me apresuré en abrir la puerta de mi casa.

De repente escucho "¡¡ANA TIENE UNA REFLEX, AL FIN, OE OE OE OE!! ¡TIA BUENA, FOTOGRAFA!". Eran mis compis de piso gritándome desde el balcón, no pude ponerme más contenta pese al cansacio acumulado. Subí las escaleras con cuidado para no resbalar y caerme y ahí estaban los dos, coreando mi nombre. Me recibieron entre besos, abrazos y un ¡queremos ver la cámara, haz la primera foto! Miré el reloj y vi lo tarde que era, así que puse la comida a calentar y corri a abrir la cámara y hacer la primera foto. La primera fue dedicada a mi mural de Billy Talent. Pude observar la cantidad de botones y de funciones que tenía mi Canon 550D. Me quedé impresionada. 

Comí y me fui a la universidad, había quedado con Bea y Aigua en la biblioteca. Mientras llegaban o no, yo me leía las funciones de la Canon, me llevé el folleto. Hicimos el trabajo, atendimos en Ciencia Política, hicimos un examen sorpresa en Análisis, en el anterior saqué un 6, cosa que me desmotivó bastante. Corrí hacía casa y me puse a ordenar el cuarto. 
Pedro llegó y se ofreció para hacerme la cena, se lo agradecí enormemente. Cené y me encerré en mi cuarto aprendiendo a usar la Canon. 

Aún me queda mucho recorrido para saber usarla como una profesional, pero juro que lo conseguiré. 

Bienvenida Canon 550D

domingo, 4 de noviembre de 2012

Lluvia

Esa lluvia que comienza a caer perezosa en las calles de Granada.
Noto como el cielo llora, como llora con finas gotas de agua.
Voy sola, caminando sola.
Miro al cielo de nuevo y veo como la lluvia comienza a caer con más fuerza.
Miro a mi alrededor y me doy cuenta de donde estoy.
Giro un poco y me encuentro cara a cara con la Alhambra, allí de fondo, tan bella ella.
Sonrío.
Sigo caminando sin dejar de observar la inmensa belleza de Granada.
Las calles casi desiertas despiertan a la niña que llevo dentro.
Llevo paraguas, pero permanece ameno a todo.
Aún mirando a la Alhambra y a esas calles tan dulces,
miro al cielo, abro los brazos y comienzo a dar vueltas sin parar de sonréir.
"Estás en Granada Ana" 
me obligo a recordar
"Ya... pero no estoy haciendo Psicología"
me autorespondo al instante y es cuando algo dentro de mi me convence:
"Serás una Socióloga y Psicóloga estupenda en el futuro".
Sin poder evitarlo, sonrío como si esa afirmación fuera cierta.
Sigo mi camino, dejando que la fina lluvia penetre en mi pelo, me cale hasta los huesos.
Me sentía libre. 
Lloré.
Siempre había querido llorar bajo la lluvia y era el momento clave.
Lloré por estar en Granada, lloré por los sentimientos que llevaba dentro, lloré a modo de desahogarme, estoy feliz aquí, soy feliz en Granada.
No importa que no halla conseguido la meta de estudiar lo que quería, si no de estar en Granada, que es la cuna de mi nueva vida.
Me paré para echarle un último vistazo a la Alhambra antes de continuar mi camino, miré al cielo lluvioso y dos lagrimas acariciaron mis pómulos rosados. Pude notar como el maquillaje me abandonaba, me sentí más libre aún. Comencé a correr sin poder dejar de sonreir ni mirar de un lado a otro.
"Pensarán que estoy loca, o peor aún, que voy bebida"
pero solo yo sabía que estaba desahogándome. 
Llegué a mi casa, con cariño, saqué las llaves y subí las escaleras aún empapada por la lluvia. Me tendí en la cama y susurré:
"Granada, te amo"

jueves, 1 de noviembre de 2012

A gusto

A gusto contigo misma, con los sentimientos, con todo el boom de vivir sola, alejada de los míos.

Por fin comienzo a estar a gusto en Granada, al fin puedo saborear, aunque sea un poquito, de esa esencia tan característica. Al fin comienzo a organizarme y conseguir así sacar más tiempo para mi.

El nuevo compañero ha sido de gran ayuda, ha traido mucho buen rollo a casa y gracias a eso, vuelvo a poder relajarme y pensar aunque sea unos minutos, en mi misma.

lunes, 22 de octubre de 2012

Vuelven...

Siempre aciertan, siempre están ahí, siempre me sacan esa sonrisa en tiempos tan difíciles.

Me he levantado para abrir al butanero. Justo después he mirado el teléfono. Tenía varios whatssaps, varias menciones en twitter y varios comentarios en Facebook. Fui mirando uno a uno, primero los whatsssap, luego Facebook y por último Twitter. Vi que era una mención de una vieja amiga y ponía ¡FNAC! pensé que ya habría llegado el disco de Billy Talent a España (a mi me lo regaló mi chico y lo pidió por Internet). Decidí abrir la foto y leo:

"Los canadienses Billy Talent visitarán nuestro país en enero de 2013 para presentar su nuevo disco "Dead Silence" en una gira de la cual RockZone es medio oficial. En concreto actuarán el sábado 19 de enero en Madrid (La Riviera) y el domingo 20 en Barcelona (Razzmatazz). Os avanzamos también que en el próximo número de la revista podréis leer una entrevista con su cantante Benjamin Kowalewicz. "

Mi cara ha sido épica delante de mi compañero Andrés. El corazón se me ha puesto a mil, las lágrimas han brotado de mis ojos y no he podido evitar saltar, chillar. Acto seguido he mirado el calendario, perfecto, me viene bien esa fecha. He llamado a mi madre para decirle que me voy a Madrid en Enero de nuevo y luego telefoneé a mi chico para darle la noticia. Sin duda, ha decidido venir conmigo. No paro de temblar, no puedo dejar  de sonreir. Mi madre me dio dinero para comprarme esos pantalones tan deseados en H&M pero Billy Talent es mucho más importante que cualquier pantalón... estoy que no puedo parar quieta, solo quiero llorar, gritar, cantar, y esperar a que llegue el día. Y averiguar las entradas, que aún no hay ni pista de lugar donde se puedan comprar. ¡¡¡¡DIOSS GRANADA QUE ME VOY DE NUEVO A MADRID!!!!

Hace dos años que no los veo, fue un 23 de enero, ahora un 19, diooooooos ¡QUE CONTENTA ESTOY!


¡BUENOS DÍAS GRANADA!

sábado, 20 de octubre de 2012

Fin de semana en Lucena

Diferentes circunstancias me han traído a mi pueblo. Decidí adelantar mi marcha y salir el jueves hacía Lucena. Aún recuerdo esa cara de sorpresa de mi madre al ver que estoy aquí. Creo que no la cambiaría por nada. Al entrar a mi cuarto, vacío, me dio un vuelco al corazón... ver que yo no formaba parte ya de esa casa, al menos fisicamente. Esa noche fue corta, decidí ir a la cama.

A la mañana siguiente, me levanté temprano y fui con mi madre a comprar al mercadona, quería aprovechar todo el tiempo posible a su lado. Lo pasamos bien. Cuando llegamos a casa, me enseñó a cocinar, notaba como le gustaba enseñarme, me encanta verla feliz. Mientras ella hacía algo yo limpiaba, no soporto el desorden. Pude ver su sonrisilla mientras mis manos enjuagaban esos platos llenos de resto de comida. Comimos juntas. Más tarde llegó mi padre, y me abrazó. Eso me llenó por dentro.

Decidí arreglar los ordenadores a mi hermana, y mi amigo Macrein se pasó por casa a prestarme un libro. Estuvimos charlando de miles de cosas, nos abrazábamos continuamente, nos habíamos echado de menos... que grande es. Luego llamaron a la puerta, abrí pensando que sería Andrés y ¡no! era Aitor, estaba en Lucena, me encantó verlo. Poco después volvieron a llamar, eran Carlos y Andrés con la cena. Entre risas y charlas estúpidas, comimos la mar de bien. Mi madre entró más tarde y volvimos a reirnos de la vida en si. De nuestra vida en Granada, que bello todo.

Hoy por la mañana, había quedado con todos, fuimos a ver cosas para el piso. He comprado bastantes cosillas, entre ellas: un embudo, una tabla para cortar, una lámpara japo y cuadros. Cuando íbamos para casa, la mamá de Andrés nos invitó a unas tapitas en su bar. Al llegar a casa mis padres me esperaban para comer, que rico todo.
Decidí ayudar a mi madre a recoger la cocina y subí al trastero a por un brasero, el frío ha llegado a Lucena. Más tarde me puse un capítulo de House y acto seguido me quedé dormida. Así hasta ahora, nose lo que haremos esta noche, me apetece salir con mis amigos, pero más me apetece quedarme con mis padres... Es grande esta unión que ha conseguido Granada... Grande Granada como siempre...

¡Buenas tardes-noches Lucena!

miércoles, 17 de octubre de 2012

Deprimida pero con energía

¡Que bien! Hoy tengo algo más de tiempo para mí, después de unos largos días. Días llenos de ilusión a la par que depresión. He estado con mi chico, eso me ha proporcionado algo de energía a la vez que el doble de trabajo, quería que estuviera como en un palacio, me gustaba hacerle la comida, fregar yo todos los platos y sin duda, que tuviera limpita la casa. Para ello, me levantaba todas las mañanas temprano y fregaba el piso entero, cuando caía la noche, estaba destrozada.

Pero los nervios se han ido dando conmigo durante todos estos días, el examen de Ciencia Política me tenía bastante "cagada". Me da mucho corte hablar en público, pero aún así, me levanté orgullosa de haber estudiado una semana entera para unas prácticas y con fuerza, agarré el micrófono. Me senté en la mesa y sin más dilación comencé a recitar la lección apoyándome en la pizarra, utilizándola como complice de mi primera práctica. Salió bien, me sentía bien, me intenté explicar lo más correctamente que pude, di todo de mi, y tuvo su recompensa. Cuando me levanté, la gente me aplaudía e incluso me silvaron. Pude ver a mis compañeros de facultad sonriéndome. Bea ese día no fue, pero también sentí su sonrisa tan característica. Me llenó mucho ese aplauso.

Hoy el día ha sido muy tedioso. En Historia el profesor no hacía más que preguntarme y yo contestaba a lo poco que sabía sobre la Revolución Francesa. Mientras él iba explicando la lección, conseguí montar una batalla campal en mi mente, podía ver al mismísimo Napoleón luchando contra la tropa Inglesa. Fascinante. El profesor es bastante bueno en cuanto a explicación, había momentos en los que me sentía extasiada escuchándolo y me quedaba absorta, cuando bajaba a la tierra tenía que mirar los apuntes de Bea, me había perdido, me encantaba escucharlo contar esa historia tan odiada por mi a la vez que amada... es increíble.

En la otra asignatura he estado completamente ausente, mi cabeza estaba en otro lugar, tanto ha sido así que Bea y yo hemos salido media hora antes y hemos aprovechado en ir a fotocopiar un libro de estranguis. La verdad que esos minutos hasta la copistería han sido bastante gratificantes, necesitaba salir con gente que no pertenezca a mi piso. Nos hemos reído, ya que por lo visto, fotocopiar un libro en Granada hay que hacerlo como si de droga se tratara, ha sido gracioso.

Por último llamé a mi padre y le estuve comentando la idea de ir a Lucena para recoger unos libros y algo de ropa abrigada, para mi sorpresa ha estado mucho más cordial que de costumbre, ha conseguido que me venga arriba, que vuelva a sonreír y que me grite ¡¡¡ANA QUE ESTÁS EN GRANADA COJONES!!! aunque el demonio que hay dentro de mi me susurrara ¡Estás en Granada pero no en Psicología!

Así que mañana que habrá huelga, aprovecharé para subir al centro y comprarle té verde a mi padre que se que le gusta y que me ha pedido traérselo. Así que eso haré.

Esto es todo por hoy ¡buenas noches Granada!

Mi vida en Granada

Siempre había pensado que el hecho de vivir en Granada iba a ser un cambio enorme en mi vida. Y sí, lo es. Quizás imaginé que todo sería color de rosa, todo serían risas y cachondeo pero no.

Llego cansadísima todos los días a casa, tengo que hacerme la comida, limpiar mi cuarto y la parte del piso que me toque, apenas tengo tiempo para escribir y eso consigue que me deprima. Estoy dando de lado a Tanya porque cuando llego de la facultad, ceno y me acuesto. Me estoy haciendo una abuela. Me tiro durante todo el día haciendo cuentas para no gastar más dinero del debido. No me compro nada en plan "capricho" porque siempre me digo "Si compras algo de ropa, ya no tendrás para comer, tu elijes" eso hace que diga adiós a esos pantalones tan bonitos de H&M...
Las clases van bien, pero podrían ir mejor si fueran de Psicología. En el piso, Nabic sigue igual de desordenado y Bea se va, nos abandona, supongo que el por qué de su abandono lo escribiré largo y tendido en otra entrada, si es que tengo tiempo algún día...

Supongo que estoy algo desanimada por noticias que afectan a mi familia y espero que no sea nada grabe... sin más dilación me marcho a hacerme la comida, estos cinco minutos en el ordenador me van a costar ir corriendo a la universidad.

¡Buenas tardes Granada!

martes, 9 de octubre de 2012

Popurri de cosas

Demasiadas emociones juntas en un día como hoy.

Me levanté, dormí de lujo. La noche anterior estuve viendo el primer capítulo de la sexta temporada de House. Cuando abrí mis ojos debido a los rallos de sol que entraban por la habitación, pude comprobar que estaba peor que ayer. Notaba mis manos frías y mi cuello caliente, tenía fiebre. Mi nariz era un infierno, los mocos corrían gustosos por mis profundidades nasales. Estuve hablando con mis compañeros de universidad y me "convencieron" que me quedara en casa, que mañana me ponían al día de los apuntes y demás. Decidí aceptar.

En cuanto el medicamento hizo efecto, pude limpiar mi cuarto y mi zona del piso. Me encontraba mejor. He estado toda la tarde estudiando, pasando apuntes, estoy bastante cansada pero alegre, contenta, con una sonrisas imborrable en mi rostro. De repente, la puerta sonó, era la amiga de Andrés, juntos fuimos a hacer mandados, bastante curioso la verdad.

Cuando terminamos, decidimos ir al piso, yo no estaba para muchos trotes. Cuando Andrés estaba abriendo la puerta pudimos ver esas marcas encima de los timbres. Según Bea, nuestra compañera de piso, hay una serie de "rumanos" que se dedican a robar a los estudiantes, hacen marcas encima de los timbres y aprovechan cuando hay un puente para robar. Yo al ver que nuestras vecinas, también estudiantes, tenían otra marca diferente y que los vecinos de enfrente que son señores mayores no, decidimos llamar a nuestras vecinas. Estuvimos comentándoles lo del rumor del robo de piso, a todo esto, que llegan más y más vecinos estudiantes. Total, nos juntamos más de veinte personas en el rellano charlando de los robos. Más tarde, uno a uno fuimos presentándonos, diciendo nuestro nombre, nuestro pueblo, la carrera que estábamos haciendo y la edad. Hemos quedado en hacer una pequeña fiesta. Nos hemos reido muchísimo. Andrés llamó a la policía para informarles de las marcas en la puerta y no nos hicieron caso. Hemos terminado enseñándoles la casa todos nuestros vecinos estudiantes. Mi cuarto ha causado sensación y eso me encanta.

Más tarde decidí hacerme la cena, de nuevo la fiebre se apoderaba de mi. Pero mis ibuprofenos la combatían con energía. Cuando Andrés volvió y decidimos tomarnos unos chupitos. Justo cuando el alcohol pasó a nuestras venas sin querer se nos calleron los vasitos al suelo. Comenzamos a reírnos de lo tontos que éramos. De repente, escuchamos porrazos. Pensamos que era Bea y Navic comenzó a aporrear su pared. Nos quedamos en silencio y volvieron a aporrear mucho más fuerte y con gritos. En corazón se me encongió, sin dudarlo me imaginé a los "rumanos" saltando por el balcón para violarnos a todos. Vemos que el sonido viene de la cocina, Andrés se asoma y es el vecino quejica gritándonos "sinverguenzas, borrachos, jaleosos, que solo molestamos" insultó a Andrés y este se puso como una fiera, lo paré y salió Navic a hablar con el hombre, el hombre seguía insultándonos "golfos, que dais asco, voy a llamar al policía" y Navic viendo que nos había faltado el respeto cantó "olé, olé y olé" nos metimos dentro y comenzamos a reirnos.

Poco rato después tocaron a la puerta, era la policía. Abrimos los 20 cerrojos que tiene la puerta y estaba la policía con el vecino viejo. La policía comenzó a hablar con nosotros y el viejo no les dejaba así que nos pidieron entrar en casa. Amablemente le ofrecimos pasar. Les estuvimos comentando que el hombre nos está dando muchos problemas, que se queja hasta porque tendamos, porque lavemos los platos. Los policías vieron que no teníamos montada ninguna fiesta, solo que se nos cayeron unos vasos al suelo y nos reímos, así que nos dieron la razón, nos dijeron que teníamos que aguantar a un señor así, así que al fin y al cabo, no vinieron a echarnos la bronca si no a consolarnos... tras terminar la conversación, abrí la puerta y el viejo quisquilloso estaba pegado a la puerta escuchandolo todo... nos quedamos flipados.

Minutos más tarde tocaron a la puerta de nuevo. Andrés y yo nos quedamos muertos. Abrimos y eran nuestras vecinas. Les contamos lo que había pasado y se quedaron heladas. Hemos decidido hablar con el casero que viene este jueves a cambiarme el colchón al fin :) le comentaremos un poco lo que ha pasado y espero que halla una solución porque no es normal que no podamos ni lavar los platos porque hacemos ruido y no puede leer...

En fin, un día variado y muy ramdon... espero que sigan siendo así, buenas noches Granada.

jueves, 4 de octubre de 2012

No tengo tiempo

Jamás pensé que diría esto "no tengo tiempo para mi". La universidad me quita todo el tiempo que pensé que tendría una vez llegara a Granada. No puedo ni sentarme dos segundos a relajarme, porque si me relajo pierdo tiempo. Lo que estoy haciendo ahora mismo es perder el tiempo escribiendo aquí, pero adoro escribir, es mi única vía de escape. Debería estar pasando unos apuntes a ordenador, pero ayer me tiré hasta las tantas haciendo esquemas y hoy me quedé dormida. Eso sí, en cuanto me he levantado, me he sentado a continuar con los esquemas. La verdad es que estoy cansada de tanto copiar, de tantos conceptos, de tantas cosas ¡OFU! así que esta noche me voy a permitir un pequeño capricho.
Los de mi facultad han organizado una barrilada a la que estoy encantada de ir. He invitado a los de mi piso y a Loren a ir, esta noche pienso desfasar. Quiero relajarme bebiendo unas cervezas con los amigos y olvidarme por un momento de la universidad.

Quiero olvidar las peleas que ultimamente estoy presenciando entre amigos, peleas de niños pequeños quiero pensar. Peleas que no llevan a ninguna parte, y que nos hacen directa o indirectamente, daño a todos. Quiero soñar de nuevo en mi libertad, esa que tanto anhelaba y que ahora tengo. Pero me falta algo, algo que me quema por dentro, mi chico. No pensé que lo echaría tantísimo de menos. Lo necesito ¡aww! el día doce, osea, ese puentecillo que hay, vendrá a verme, es algo a lo que me aferro como si no hubiera nada más importante. Tengo  ganas de verlo, de achucharlo, abrazarlo, besarlo, acariciarlo... Jamás pensé que algo así pudiera pasarme a mi, sí, Anita está enamorada ¿quién me lo iba a decir?

Granada también me está ayudando mucho, raro es el día que no me ría, que no grite por la casa con Andrés. Raro es el día que Andrés y yo la liemos por las noches. Tocando a nuestro compañeros sus puertas y luego saliendo corriendo gritando que se incendia la casa. Es agradable sentirme querida, por fin estoy siendo yo misma. Si lloro, no me corto, no me averguenzo, si lo paso mal, pido ayuda, si necesito algo grito hasta conseguirlo, es agradable esa sensación... lo único malo de todo esto, es no poder compartirlo con mi hermana, esa compañera de mi vida a la que tanto echo de menos. La necesito por todos los medios, ayer hablé con ella por Skype y no me vine abajo para no preocuparle  es más, escribiendo esto, se me asoman unas pequeñas lágrimas... no puedo evitarlo. ¡¡¡Pero estoy en GRANADA!!! no me puedo poner triste, era mi destino, mi momento y es mi etapa de descubrir cosas de mi que aún no sabía.
Siempre he pensado que era una persona fría, calculadora, sin sentimientos, sucia... y ahora veo que no, que todo eso era como un escudo. Ahora me veo como hace varios años. Una chica alegre, con ganas de aprender, de darlo todo, una chica cariñosa, feliz, encantada por vivir y por sentir diferentes emociones, una chica segura de si misma... os parecerá una tontería, pero es como me siento, y es muy agradable.

Mi vida en granada podrá estar siendo algo dura al principio pero se con seguridad que era lo que necesitaba, ahora sí, he vuelto a ser quien era.

martes, 2 de octubre de 2012

Primera locura en Granada

Esa mañana de jueves creo recordar, decidí hacer una locura. Llamé a Loren y le dije que si me acompañaba al centro. Aceptó. Cuando terminé de la universidad, ahí estaba él, apoyado en la puerta de la universidad, fuimos al centro y por fin encontramos la tienda que buscaba.

"EL CANDIL"

Miré precios y muy nerviosa firmé los papeles habiendomelos leido con anterioridad. Entré nerviosa a esa habitación con olor a hospital y a agujas. Tenía ganas de llorar pero era más fuerte, quería hacerlo. La mujer mulata quiso tranquilizarme, me prometió que no me dolería. Noté como mi nariz estaba fría por el hielo, como la mujer mulata me echaba anestesia. Apreté la mano a mi amigo Loren, cerré los ojos y por fin, piercing hecho. Mi querido piercing en la nariz. 

El segundo día de universidad

Esa mañana me levanté con muchas ganas de ir a aprender, quería dedicarle todo mi tiempo a la universidad, tenía ganas de conocer a gente nueva y disfrutar, ganas de volver a sonreir en mi tierra, en Granada. Me hice la comida y me fui a la universidad. El Punky no me guardó sitio y se sentó con un muchacho de Valencia, con una sonrisa enorme me presenté. Acto seguido me senté al lado de una muchacha llamada Bea, la verdad es que no sabía muy bien de que hablar así que empecé preguntando lo típico (de donde eres, como te llamas, que edad tienes, es tu primer año) poco a poco fuimos haciendonos más amigas, poco a poco fuimos cogiendo más confianza y sin darme cuenta ya tenía mi pequeño grupito de amigos de facultad.

Esa tarde-noche llegó Bea, mi compañera de piso,la verdad es que lo necesitaba, tenía ganas de ver caras nuevas y ella me devolvió la sonrisa. Esa noche dormí mucho mejor.

Al día siguiente en la universidad todo fue genial, el día fue lluvioso pero gratificante, las asignaturas me gustaban, no todas pero si la gran mayoría, estaba feliz, solo me faltaba por llegar Andrés, alguien muy especial para mi. Cuando terminé las clases decidí llamarlo y su respuesta fue:

"Ana estoy mala, así que hasta mañana no llegaré al piso" 

Me vine un poco abajo, estaba deseando que llegara, pero me resigné a esperar un día más. Abrí la puerta de la casa y justo cuando iba a abrir la de mi cuarto, alguien salió gritando, era él, Andrés. No pude evitar gritar con él de la emoción, que contenta estaba. Esa noche comimos los tres, David siempre estaba fuera jaja. La verdad es que encajamos super bien, esa noche nos pusimos a comprar cosas en el mercadona y a fregar el piso de arriba a abajo, que risas más buenas echamos... Esa mañana me levanté super contenta, gritando por todos lados, Andrés me acompañaba, los dos riéndonos de todo. Era jueves, así que tocaba ir a la universidad.
Mis padres llegaron sin previo aviso, y con ellos estaba Aitor. Aitor y el Cd de Billy Talent, puaf, me encantó tenerlo al fin entre mis manos, lo besé cuanto pude, y a Aitor también jaja. Estuvimos comiendo todos juntos, le presenté a Bea a mi chico. Pero me tenía que ir a la universidad, llovía, llovía mucho. Me fui corriendo, tenía miedo a llegar tarde. Por suerte acabamos antes la clase. Corriendo, me recorrí todas las calles de Granada hasta llegar a casa y aún estaba mi chico y mi madre. La abracé fuerte, no tenía mucho tiempo. Y le di el último beso, esta vez si, el último hasta dentro de unas semanas, nos miramos y creo que nos lo dijimos todo. 
En la facultad, todo fue aburrido, estaba deseando terminar la clase y poder volver a estar un rato más con los míos. En cuanto la profesora nos dijo que podíamos irnos, corrí más que nunca, corrí como si se estuviera derrumbando todos los edificios a mi alrededor, llegando a mi casa pude observar como el coche de mis padres no estaban, mi cara fue un poema, mis labios tomaron forma de emoticono triste, se habían ido, ahora si de verdad. Cené y me acosté, estaba triste. 

Mi primera experiencia en la Universidad de Granada

Me levanté con energía, la noche anterior había llorado como una niña pequeña. Pero esa mañana me levanté con ganas de comerme el mundo. Sin más dilación comencé a hacer las cosas de la casa, a limpiar un poco y a prepararme para coger el curso con ganas. Eran las 15:40, decidí salir  de casa. Dejé a Aitor en casa, y prometí volver pronto para despedirlo, ya se iba a Lucena.

Mis pasos eran lentos a la par que decididos. Pude observar como había muchos jóvenes como yo, mirandose los unos a los otros, perdidos tanto como yo. Al fin llegué a mi facultad, leí con poca ilusión el letrero "Facultad de Sociología y Ciencias Políticas" me vine un poco abajo, pero sin dudarlo, puse mi primer pié en el edificio. Estaba dentro. Miré los horarios y subí a mi clase. Había mucha gente en la puerta, mirando el móvil, mirando la facultad, pero jamás centraban la mirada en nadie en concreto. Eran las cuatro, entramos, vi que casi todos los sitios ya estaban ocupados. Vi a un muchacho con pintas de punky y decidí sentarme a su lado. Mi voz era temblona, tenía miedo a decir algo que no debía, así que permanecí callada y mirando con detalle a todos mis compañeros. Todos estaban como yo. Entró el profesor de Ciencia Política. Tras presentarnos su asignatura, nos ofreció presentarnos. Cuando llegó mi turno fue algo muy raro, como si el mundo se parara, podía notar mi voz nerviosa como titubeaba y pronunciaba las siguientes palabras:

"Hola, mi nombre es Ana, Ana Escudero. Vengo de un pueblo de Córdoba, Lucena. Yo estudio Sociología porque sinceramente, no he podido optar a estudiar lo que realmente quería y soñaba, Psicología"

Pude ver como la gente se reía y varios repetían "¡Como yo!" eso me hizo sentir más fuerte aún. No todo el mundo estaba allí porque quería, algunos estaban porque no les quedaba más remedio, fue bonito y gratificante a la vez. La clase acabó antes de tiempo, así que corriendo por esas calles plagadas de estudiantes llegué a casa, pude despedirme de Aitor, tuve el tiempo justo como para besarlo, para acariciar sus labios con los míos y volver a marcharme a la universidad. Sabía que esa sería la última vez que lo vería, la última hasta dentro de varios días, semanas, quizás meses. 
Volví a clase, el ambiente fue el mismo. Sin más cosas que resaltar, volví a casa y ya no estaba él, estaba sola, tenía que enfrentarme sola a eso. Decidí acostarme y cerrar los ojos, me tocaba vivir una nueva etapa. 

Perdida en esas calles de Granada con él.

Supongo que esta entrada será la más larga de todas, pero creo que debería resumir un poco mi paso por Granada, mi pequeña Granada.

Llegué el viernes 21 de septiembre. Un día soleado, y con alguien especial a mi lado. Aitor decidió acompañarme en este viaje tan esperado. Tras ordenar todo, mis padres decidieron irse. La verdad es que lo agradecí, tenía muchas ganas de empezar mi vida nueva. Nos quedamos solos mi chico y yo, y mi compañero de piso, David. Cenamos y nos acostamos, estabamos muertos. Las sábanas se llenaron de un miedo extraño, sentía como si mi vida estuviera a punto de cambiar y aún no me hiciera el cuerpo para ello. Esa mañana me levanté un poco desorientada, había dormido fatal, la cama de aquí es horrible.
Mi cuerpo aún se estaba acomodando a la luz de sol que entraba por la ventana. Me giré y ahí estaba él, mi mundo con su cuerpo relajado, descansando.
Sin más dilaciones, decidimos vestirnos y patearnos el centro. Anduvimos por esas calles que me llevan al borde de la locura, pude notar como se dibujaba una sonrisa en mi rostro, pude oler ese olor tan característico de Granada, mi Granada, mi sueño, mi pasión, mi todo.
Decidimos comprar algo de té, yo no podía ser más feliz, era como una niña chica con un caramelo.

Adoro Granada, la adoro.

Mientras vlogeabamos, mi chico y yo decidimos volver a casa, a mi casa, mi nuevo hogar. Esta vez, se prestó a hacer la cena, yo entusiasmada, observé como sus manos iban de un lado a otro, haciendo esa pasta tan rica. Estaba buenísima, me encantó. Yo estaba algo seria, no quería separarme de él y cada vez me iba haciendo más el cuerpo de lo que se avecinaba, nuestra separación "física".
Esa noche fue mágica, decidí vestirme con mis mejores galas para sorprenderlo. Entre besos y caricias, cerramos los ojos a ese último día... pero no fue así, esa mañana nos levantamos como un día normal. Decidimos llamar a unos amigos que estaban por aquí, y dar una vuelta. Copas de martini rondaban por mi habitación, risas y más risas. Ganas de vivir. Lo peor fue cuando Aitor recibió un mensaje en el que se podía leer "Admitido en Cádiz" mi corazón se me hizo añicos en ese momento, mientras que él gritaba de alegría yo me moría por dentro. Él había conseguido su sueño, yo no.
Esa noche, no pude evitar llorar en la cama, demasiadas emociones juntas, me sentía sola, me sentía perdida y con mucho miedo a entrar en la universidad. Lloraba por el anhelo de mi hermana, de nuestras risas en conjunto, de la pesada de mi madre y el serio de mi padre, los echaba de menos, los quería, los necesitaba, quería estar con ellos, gritar que no estaba preparada para vivir sola. Lágrimas calleron durante toda la noche mojando mi almohada. Tenía mucho miedo, demasiado.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Adiós, hasta dentro de unos meses Lucena.

Por fin puedo despedirme de este maldito pueblo. 
Por fin voy a volar, llevo años esperando este momento, el momento de irme para no volver, o al menos no volver en meses. 
Por fin puedo gritar y soñar, porque me toca construir una nueva etapa en mi vida de la que yo y solo yo, tengo permiso para dirigirla. 
Por fin puedo ser independiente.
Por fin puedo llorar si lo necesito y sin avergonzarme.
Por fin puedo ser feliz, ser quien verdaderamente soy.

Lo único que me va a faltar van a ser sus besos, sus caricias, sus te quiero, sus abrazos, él y solo él. Se que esta prueba del destino vamos a superarla, no importan los Kms que nos separen, el sentimiento es fuerte. Nadie ha conseguido derrotarnos, y tengo fe en que esta vez va a salir bien. Lo quiero, me quiere, nos queremos, no hay mayor fuerza que esa unión imaginaria que los seres humanos trazamos a lo largo de nuestras vidas. Como lazos, lazos tan resistentes como el acero, así es y será nuestro amor, desde aquí Aitor, mandarte ánimo, todo va a salir bien.
Te amo

domingo, 16 de septiembre de 2012

Capítulo 3: Decepción

Sí, en esta vida, todo está lleno de decepciones. Te decepcionan tus padres, tus amigos, las notas de clase, la vida que anhelaste tener, hasta esos zapatos que compraste en rebajas que ahora no te van con nada.
Pues así me siento, decepcionada. Me han defraudado, quizás él no tenga la culpa y sea de sus padres, pero directa o indirectamente me afecta a mi, el marrón me lo como yo.

Pensé que en este blog solo hablaría de mis aventuras por Granada y que no habría ningún capítulo triste, pero no es así, supongo que en esta vida, nada es color de rosa, hay partes oscuras de las que necesitas llorar para poder así, sentirte bien, a mi me hace sentir bien llorar.

He estado hablando con mi madre, ha sido comprensiva, y me ha escuchado. Le he contado como a medida que han ido pasando los días se me ha acumulado todo. Una carrera que no me gusta, al esperar entrar en psicología, me ha condicionado a estudiar la carrera en horario de tarde. No estudio lo que quiero. En el piso no conozco a nadie, Andrés no se queda con la habitación por problemas familiares. El disco de Billy Talent no ha salido ni creo que salga, sí, es una tontería, pero para mi fue un golpe muy duro. Intento hacerle entrar a mi chico en razón de planes que él se monta y que no darán lugar más que a gastos inecesarios y recibo un hachazo. Supongo que ha sido un cúmulo de cosas las que me han hecho que me tire media tarde llorando, llorando de rabia y dolor.

Pero bueno, la decepción es una amiga de la que caminamos a su lado sin darnos cuenta.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Capítulo 2: Primera tanda de maletas en Granada y primeras impresiones.


Me he levantado, aún con mis ojos cansados por haberme tirado el día anterior haciendo y deshaciendo cajas de cebra y vaca, la luz entraba en mi cuarto, mi padre me avisaba de que íbamos a Granada, mi querida Granada. Sin más dilación y un vistazo breve a Twitter, comencé a vestirme y en pocos minutos estabábamos cargando las maletas, la primera tanda de maletas antes de irme completamente allí. Andrés, quiso acompañarnos y ver así el piso. El viaje a Granada fue bastante corto, Andrés y yo estuvimos todo el viaje hablando de mil cosas, soñando despiertos, saboreando esa experiencia de las que escasean los días para vivirla y dejar de soñarla. Al fin llegamos y le enseñé su cuarto, su cara era un poema, sus ojos brillaban como las gotas del rocío, le había gustado y eso hacía que yo me sintiera satisfecha de haber dado la cara por él en todo momento con el casero. Proseguimos mirando el piso, le gustó.

Llegó el casero y estuvieron intercambiando palabras, firmas y manos. Trato cerrado, piso completo. ¿Completo? exacto, el piso ya estaba completo, pero aún no conocíamos a las dos personas más que habitaban allí. Una chica y un chico. Despedimos al casero y comimos. Más tarde decidimos limpiar las habitaciones. Yo ayudé a Andrés a modificar la dinámica de su habitación, quedó mucho mejor. Acto seguido me fui a mi cuarto y comencé a limpiar con la ayuda de mis padres. Mi gran maleta de cebra se abrió desparramando todo su contenido por la cama. Cuidadosamente, la coloqué en el armario, cada vez haciéndome la idea de que no era un sueño, era una realidad. Con todo el amor posible, saqué lo más preciado para mi, los pájaros de Billy Talent y sus discos, y fui acomodándolos a la pared, tan bonitos ellos.

Sinceramente, la habitación me quedó mucho mejor de lo que jamás había pensado. Las cajas forradas por mi quedaban impresionantes.


Más tarde, cuando terminamos todo el lio de limpieza (Andrés limpió su cuarto y el salón, que mono <3) me fui al dormitorio de Andrés y me lo encontré echado en la cama, sin dudarlo, me eché a su lado. Juntos charlamos de miles de cosas, imaginamos como serian los compañeros, fue genial. Más tarde, justo cuando estábamos a punto de irnos, entró David, el otro chico de la casa. La primera impresión fue impactante, fui y le di dos besos y se me fue la cabeza, comencé a bromear con él y Andrés me siguió el juego. El muchacho se quedó serio, creo que se sintió intimidado. Pero yo la mar de contenta. Y poco más, nos metimos en el coche, rumbo a Lucena, con las maletas vacías para volver a llenarlas. Llenarlas de ilusión y de ganas de una vida nueva.


PD: La habitación aún está sin terminar, pero aún así, le hice fotos :)




jueves, 13 de septiembre de 2012

Capítulo 1: Preparando las maletas

Las maletas vacías llenas de ilusión, se llenan de ropa, ropa de abrigo, ropa de fiesta, ropa plagada de recuerdos, recuerdos que se desvanecen a medida que toman forma en la maleta. Ropa que olvida por completo para que ocasión fue utilizada. Ahora le espera un destino nuevo, un destino inquietante a la par que excitante.

Mi cuarto va quedando vacío, y no puedo evitar observarlo con cariño. Recordar cada rincón como un juego, cada hueco sin rellenar son recuerdos que permanecen impolutos en mi corazón, cada milímetro de pared, fue un lugar apto para los besos que me robaba mi chico. Y es cuando me hago el cuerpo de que ya no soy una niña, tengo veinte años y ahora me toca vivir lo que siempre había soñado, me toca volar, salir del nido y aprender a valerme por mi misma. He aprendido a valorar cada cosa que está en mi vida, a mi familia, a mis amigos y sobre todo, a mi chico. He aceptado quien soy y he comprendido cual es mi camino.

Tengo miedo, pero se que podré con ello, que no habrá problemas, que estaré bien, que Granada es y será siempre mi destino y mi unión con mi "yo" interior. Granada, estoy deseando enredarme en tus calles empedradas de historias, quiero dejarme llevar por tu olor característico, necesito flotar en un sueño que por fin se hará realidad.

Hola Granada, soy Ana Escudero, y vengo con ganas de disfrutar plenamente de ti.

Seguidores