viernes, 21 de septiembre de 2012

Adiós, hasta dentro de unos meses Lucena.

Por fin puedo despedirme de este maldito pueblo. 
Por fin voy a volar, llevo años esperando este momento, el momento de irme para no volver, o al menos no volver en meses. 
Por fin puedo gritar y soñar, porque me toca construir una nueva etapa en mi vida de la que yo y solo yo, tengo permiso para dirigirla. 
Por fin puedo ser independiente.
Por fin puedo llorar si lo necesito y sin avergonzarme.
Por fin puedo ser feliz, ser quien verdaderamente soy.

Lo único que me va a faltar van a ser sus besos, sus caricias, sus te quiero, sus abrazos, él y solo él. Se que esta prueba del destino vamos a superarla, no importan los Kms que nos separen, el sentimiento es fuerte. Nadie ha conseguido derrotarnos, y tengo fe en que esta vez va a salir bien. Lo quiero, me quiere, nos queremos, no hay mayor fuerza que esa unión imaginaria que los seres humanos trazamos a lo largo de nuestras vidas. Como lazos, lazos tan resistentes como el acero, así es y será nuestro amor, desde aquí Aitor, mandarte ánimo, todo va a salir bien.
Te amo

domingo, 16 de septiembre de 2012

Capítulo 3: Decepción

Sí, en esta vida, todo está lleno de decepciones. Te decepcionan tus padres, tus amigos, las notas de clase, la vida que anhelaste tener, hasta esos zapatos que compraste en rebajas que ahora no te van con nada.
Pues así me siento, decepcionada. Me han defraudado, quizás él no tenga la culpa y sea de sus padres, pero directa o indirectamente me afecta a mi, el marrón me lo como yo.

Pensé que en este blog solo hablaría de mis aventuras por Granada y que no habría ningún capítulo triste, pero no es así, supongo que en esta vida, nada es color de rosa, hay partes oscuras de las que necesitas llorar para poder así, sentirte bien, a mi me hace sentir bien llorar.

He estado hablando con mi madre, ha sido comprensiva, y me ha escuchado. Le he contado como a medida que han ido pasando los días se me ha acumulado todo. Una carrera que no me gusta, al esperar entrar en psicología, me ha condicionado a estudiar la carrera en horario de tarde. No estudio lo que quiero. En el piso no conozco a nadie, Andrés no se queda con la habitación por problemas familiares. El disco de Billy Talent no ha salido ni creo que salga, sí, es una tontería, pero para mi fue un golpe muy duro. Intento hacerle entrar a mi chico en razón de planes que él se monta y que no darán lugar más que a gastos inecesarios y recibo un hachazo. Supongo que ha sido un cúmulo de cosas las que me han hecho que me tire media tarde llorando, llorando de rabia y dolor.

Pero bueno, la decepción es una amiga de la que caminamos a su lado sin darnos cuenta.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Capítulo 2: Primera tanda de maletas en Granada y primeras impresiones.


Me he levantado, aún con mis ojos cansados por haberme tirado el día anterior haciendo y deshaciendo cajas de cebra y vaca, la luz entraba en mi cuarto, mi padre me avisaba de que íbamos a Granada, mi querida Granada. Sin más dilación y un vistazo breve a Twitter, comencé a vestirme y en pocos minutos estabábamos cargando las maletas, la primera tanda de maletas antes de irme completamente allí. Andrés, quiso acompañarnos y ver así el piso. El viaje a Granada fue bastante corto, Andrés y yo estuvimos todo el viaje hablando de mil cosas, soñando despiertos, saboreando esa experiencia de las que escasean los días para vivirla y dejar de soñarla. Al fin llegamos y le enseñé su cuarto, su cara era un poema, sus ojos brillaban como las gotas del rocío, le había gustado y eso hacía que yo me sintiera satisfecha de haber dado la cara por él en todo momento con el casero. Proseguimos mirando el piso, le gustó.

Llegó el casero y estuvieron intercambiando palabras, firmas y manos. Trato cerrado, piso completo. ¿Completo? exacto, el piso ya estaba completo, pero aún no conocíamos a las dos personas más que habitaban allí. Una chica y un chico. Despedimos al casero y comimos. Más tarde decidimos limpiar las habitaciones. Yo ayudé a Andrés a modificar la dinámica de su habitación, quedó mucho mejor. Acto seguido me fui a mi cuarto y comencé a limpiar con la ayuda de mis padres. Mi gran maleta de cebra se abrió desparramando todo su contenido por la cama. Cuidadosamente, la coloqué en el armario, cada vez haciéndome la idea de que no era un sueño, era una realidad. Con todo el amor posible, saqué lo más preciado para mi, los pájaros de Billy Talent y sus discos, y fui acomodándolos a la pared, tan bonitos ellos.

Sinceramente, la habitación me quedó mucho mejor de lo que jamás había pensado. Las cajas forradas por mi quedaban impresionantes.


Más tarde, cuando terminamos todo el lio de limpieza (Andrés limpió su cuarto y el salón, que mono <3) me fui al dormitorio de Andrés y me lo encontré echado en la cama, sin dudarlo, me eché a su lado. Juntos charlamos de miles de cosas, imaginamos como serian los compañeros, fue genial. Más tarde, justo cuando estábamos a punto de irnos, entró David, el otro chico de la casa. La primera impresión fue impactante, fui y le di dos besos y se me fue la cabeza, comencé a bromear con él y Andrés me siguió el juego. El muchacho se quedó serio, creo que se sintió intimidado. Pero yo la mar de contenta. Y poco más, nos metimos en el coche, rumbo a Lucena, con las maletas vacías para volver a llenarlas. Llenarlas de ilusión y de ganas de una vida nueva.


PD: La habitación aún está sin terminar, pero aún así, le hice fotos :)




jueves, 13 de septiembre de 2012

Capítulo 1: Preparando las maletas

Las maletas vacías llenas de ilusión, se llenan de ropa, ropa de abrigo, ropa de fiesta, ropa plagada de recuerdos, recuerdos que se desvanecen a medida que toman forma en la maleta. Ropa que olvida por completo para que ocasión fue utilizada. Ahora le espera un destino nuevo, un destino inquietante a la par que excitante.

Mi cuarto va quedando vacío, y no puedo evitar observarlo con cariño. Recordar cada rincón como un juego, cada hueco sin rellenar son recuerdos que permanecen impolutos en mi corazón, cada milímetro de pared, fue un lugar apto para los besos que me robaba mi chico. Y es cuando me hago el cuerpo de que ya no soy una niña, tengo veinte años y ahora me toca vivir lo que siempre había soñado, me toca volar, salir del nido y aprender a valerme por mi misma. He aprendido a valorar cada cosa que está en mi vida, a mi familia, a mis amigos y sobre todo, a mi chico. He aceptado quien soy y he comprendido cual es mi camino.

Tengo miedo, pero se que podré con ello, que no habrá problemas, que estaré bien, que Granada es y será siempre mi destino y mi unión con mi "yo" interior. Granada, estoy deseando enredarme en tus calles empedradas de historias, quiero dejarme llevar por tu olor característico, necesito flotar en un sueño que por fin se hará realidad.

Hola Granada, soy Ana Escudero, y vengo con ganas de disfrutar plenamente de ti.

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