lunes, 1 de febrero de 2016

Podría ser un sin sentido, pero no lo es.

¿Por qué le damos tantas vueltas a las cosas? ¿Por qué nos centramos en las consecuencias de cada acción? ¿Miedo? ¿Inseguridad? Tal vez. Es bueno ser precavido en esta vida. Pero también hay veces que necesitamos romper las reglas. Es agradable saborear lo prohibido. Corre y salta la barrera que te impide lograr tus sueños. No mires atrás. Si el cuerpo te pide salir a la calle y gritar, hazlo. Si te pide ir a ver a esa persona tan especial ¿a qué cojones esperas? da igual la hora que sea, las calles anhelan tus pisadas y ver como luchas por verlo. Hace frío, tal vez, pero todo debe darte igual. A veces hay que pasar una serie de obstáculos hasta llegar a nuestra meta. Pero te puedo prometer que no hay nada más agradable que mirar a los ojos a la persona que amas, abrazarla con todas tus fuerzas y sentir ese calorcito tan reconfortante que te produce notar que está contigo. El mundo está lleno de pequeños placeres que muy pocos sabemos apreciar. Una mirada, una sonrisa, un abrazo, un pellizo o incluso un bocado. Deja de procesar cada puto sentimiento, deja que tu corazón hable por tu mente, y que a la vez, esta no te distorsione o intente cambiar tus palabras. No tengas miedo a quedarte desnudo ante esa persona. Es lo mejor que te puede pasar. Contempla la perfección de tus palabras y la curva que dibuja su sonrisa. Te puedo asegurar que no habrá nada que te llene más en esta tediosa vida.

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