sábado, 23 de febrero de 2013

"Nada es terrible, no te lo tomes así. Aprende a vivir con el fracaso"

Vas aprendiendo a sobrellevar mejor las cosas. Vas aprendiendo poco a poco el rumbo que está tomando tu vida. Te das cuenta de cuanta gente queda atrás, cuanta permanece a tu lado. Te fijas en lo complicado es todo. La confianza es muy importante. Pero también deberás saber que la persona a la que más ames también puede fallarte, puede hacerte la vida imposible ya que sabe perfectamente cuales son tus puntos débiles. Vas haciendo una lista con la gente que te importa de verdad, y te sorprendes cuando la lista es pequeña. Quizás te sientas algo perdido al principio pero conforme vaya pasando el tiempo te darás cuenta de que te da igual el número de personas que figuran en la misma, te interesa más la calidad de estas.

Vas pasando por momentos malos, pero recuerdas ese consejo que decía así:

"Nada es terrible, no te lo tomes así. Aprende a vivir con el fracaso"

Es cuando sonríes y te viene energía de no sabes donde y te dices "aquí estoy yo, prometí cambiar y mejorar como persona y eso nadie me lo va a impedir".

Hoy quería darle las gracias en especial a mis titos. Personas que para mi juicio, rozan la perfección. Hoy ha sido uno de los momentos más críticos desde que resido en Granada. Han acertado en todo. Y ahora estoy aquí. Renovada, animada y con ganas de enfrentarme a cualquier obstáculo que la vida me depare. He aprendido a diferenciar entre algo "malo" y "terrible" y espero intentar controlar más mis sentimientos porque soy una mujer fuerte y quiero demostrarlo al mundo.

Gracias ;)

jueves, 21 de febrero de 2013

Triste

Hoy estoy triste. Desde que me levanté. Sí. Es un hecho. Las personas tendemos a entristecernos sin motivo alguno. Hoy es mi día.

Me levanté añorando a mi chico. Tenía frío en mi cuarto y él no estaba para abrazarme fuerte y así eliminar cualquier resto de frío en mi. Subí la persiana y el cielo estaba oscuro. Llovía y hacía frío. Decidí hacerme arroz y se me pegó. Mis ollas están destrozadas y ya no hacen gran cosa. Me duché y salí a la facultad.

Allí todo como siempre. Las asignaturas me apasionan pero me siento perdida. Me cuesta mucho interiorizar las cosas. Tengo que leerlas una y otra vez, que me lo expliquen un millón de veces. Basicamente, soy torpe. Me considero muy ignorante. Y por primera vez en mi vida, me da miedo participar en una clase. Siento que todos se van a reír de mi por no saber expresarme. Aunque eso, estoy intentando superarlo poco a poco.

Esta noche supuestamente me iba a ir a tomar algo con los vecinos que me invitaron a tomarnos unas copas y cenar. Yo quería ir con alguien de mi piso para no estar sola y con el que más empatizo es con Andrés. Pero ahora, la situación entre ambos es algo tensa.

No tengo ganas absolutamente de nada. Estoy decaida. No dejan de salirme granitos y me veo fea. Supongo que es la "depresión posterior a haberme tirado meses sin separarme de los libros". Esperemos que mañana esto cambie.


miércoles, 20 de febrero de 2013

El paso del tiempo

El paso del tiempo me ha enseñado tantísimo a lo largo de mis veinte años. Algunos, al leer "veinte" pensarán: "¡Pero si aún no has vivido nada!"
Claro que no he vivido nada, pero veinte años ¿no es algo? pregunto. Nací un 28 de agosto de 1992, fui creciendo, conociendo mundo. Fui al colegio, conocí a muchos amigos que aún conservo a día de hoy.
Luego me tuve que enfrentar a lo más difícil, primaria. Esos libros eran muy pesados para mi. Aun recuerdo un examen de Conocimiento del Medio en el cual no me acordaba de una pregunta y copié, sí, abrí el libro. Jamás me perdonaré eso. Recuerdo haber sacado un diez y odiarme porque yo y solo yo, sabía que realmente habría podido suspender.
Recuerdo las veces que creí estar enamorada, las veces que algún chico me miraba y yo me imaginaba el resto de mi vida a su lado siendo astrónoma. Sí, mi sueño era estudiar astronomía. Seguí creciendo, mis amistades comenzaron a consolidarse. Aún puedo recordar con total nitidez aquel día lluvioso en el cual, jugando con mis mejores amigas, me escurrí por culpa de un charlo y quedé empapada y llorando de la vergüenza. Mi abuela vino al colegio con ropa limpia para cambiarme, tenía un examen de inglés. Saqué un diez.

Mi siguiente etapa fue la ESO. Recuerdo como mis amistades de la infancia fueron cambiando, algunas se quedaron embarazadas, otras les perdí la pista y otras pocas continuamos en la misma clase. Que bonitos aquellos años en lo que los libros me parecían aún más difíciles. Miles de asignaturas nuevas, profesores nuevos, clases nuevas y un ambiente que me hacía sentir mucho más adulta y más madura. El amor siempre llamaba a mi puerta, siempre estaba "enamorada" de algún chico.
Aún saboreo las lágrimas de mi primer suspenso, un 3.5 en Geografía. Tenía miedo de llegar a mi casa y que mis padres me regañaran, pero ellos nunca han sido así.
Continué creciendo y creciendo. Llegué a 4 de la ESO. Historia. La historia de España, esa que estuve acarreando hasta septiembre, jamás se me olvidará. 4 de la ESO, el año que conocí de casualidad a mi pareja actual. De todas las veces que tuve "novio" siempre me imaginé con hijos, y siendo astrónoma. Con Aitor, fue diferente, no le vi mucho futuro a la relación y mi vocación había cambiado, quería ser profesora.

Llegó una de las etapas más duras (en aquel entonces). El bachillerato. Escogí Ciencias Sociales, odiaba la química y todos sus componentes. El año fue complicado, se exigía más. Ese año conocí a mi profesor Rafa Lozano. Hombre al cual le admiro como si fuera un padre. Me diseñó el camino que debía seguir, me enseñó lo que verdaderamente me gusta, la psicología. Me quedaron 4 para el verano. Estudié para 3, historia opté por abandonarla. Me dieron una beca de dos semanas a Canterbury (Inglaterra), la aproveché y fue algo único, increíble, maravilloso...
Volví. Septiembre. Suspendí todas las asignaturas menos historia. Jamás entenderé como lo conseguí. Repetí. Fue un duro golpe. Pero logré superarlo.
En ese año, abrí una tienda por internet de la cual gané muchísimo dinero. Escribí un "libro" que gustó muchísimo. Cambié completamente. Me volví mucho más fría. La gente me envidiaba por haber conseguido todo aquello que tenía, incluso seguir con mi pareja.

Segundo de bachiller. Casi igual que primero. Me esforcé como nunca, aún así, volví a repetir. Varios profesores me decían "quizás no sirvas para estudiar Ana, plantéatelo". Lo pensé muchas veces, pero soy muy cabezona, cuando quiero algo, hago todo lo posible por conseguirlo. Repetí y volví a encontrarme con otro profesor muy importante para mi, Jose Antonio Chacón, profesor de Lengua y Literatura. Ese mismo año, decidí abrir una página erótica. Una página de información sobre temas de sexo. Me acribillaron por ello. Yo para mi pueblo era la más "guarra". Yo jamás entendí el porque una chica no podía hablar de ese tipo de temas... y a día de hoy aún sigo preguntándome eso.
Me enfrenté a la selectividad, junto a mi chico.

Tan poco salió como esperaba. No saqué la nota suficiente para optar para Psicología en Granada. Pero aún estaba en lista de espera en la facultad de Jaén. Pero por desgracia, la psicología estaba de moda, y no conseguí mi meta. Hablé con mi viejo profesor de filosofía, Rafa. Le comenté que me ofertaron Sociología. Me animó a estudiar dicho grado.

Me vine a Granada. Entré en la carrera que me ofertaron. Sociología. Al principio no tenía muy claro si ese era mi lugar, si tenía que conformarme. Tenía miedo a ser odiada como en Lucena. Tenía miedo a los prejuicios de una chica que le gusta escribir sobre sexo. Tenía miedo. Desde que estoy aquí, he perdido a muchas "amigas" del pasado, pero también, he conocido a muchísima gente. Gente que les gusto como soy, que no me envidian, que nadie es superior, todos somos iguales.
Los exámenes son muchísimo peores que bachiller, la ESO y primaria juntos, pero no hay nada mejor que estudiar porque me gusta, porque quiero adquirir conocimientos.

A día de hoy, estoy orgullosa de quien soy, nunca he cambiado mi forma de ser, pero si que me vi obligada a contenerme y ahora pago las consecuencias. Me cuesta expresar lo que siento. Me da como pavor. Poco a poco lo voy superando.
Tengo una familia que me quiere, un novio al que idolatro, una web que me da la vida y unos amigos que espero que sigan estando a mi lado por mucho, mucho tiempo.

¿Y ahora? ¿Me vas a volver a regañar por decir que llevo mucho vivido?

lunes, 18 de febrero de 2013

Regreso al blog y sorpresa para mi chico.

De nuevo estoy aquí, aquí en mi Granada. Acabaron los exámenes. Fue una etapa muy dura, más de lo que jamás habría imaginado. He llorado, he tenido ansiedad, sueño, hambre... lo he pasado bastante regular.

Mis "amigas" arremetieron contra mi amenazándome con denunciarme por una cuenta de Twitter que no tenía nada que ver conmigo. Un colega de la universidad se enfadó conmigo por una gilipollez. Se me vino el armario encima y tengo jodida la mano y un dedo.

Suspendí un examen, de Ciencia Política pese a haberme tirado HORAS estudiando como si no hubiera mañana.

Resumiendo, ha sido un mes negro, muy negro. Solo tenía la obligación de estudiar y los últimos días me era practicamente imposible, no podía más, mi cuerpo no podía consigo mismo. Pero se acabó, ahora espero notas, solo se la de Análisis, un 6.9, iré a hablar con él para alcanzar el 7.

Pero el mes de febrero cambió, empezó con exámenes y está terminando con amor.

El día 13 era mi aniversario con mi chico, cinco años unidos. Decidí darle una sorpresa. Le comenté que no podría ir a Jerez por un trabajo de última hora. Se lo creyó. Creo que lo pasó mal, pero yo quería dejarlo de piedra y para eso, tenía que pasar por ese mal trago. Total, que decidí comprar un ramo de rosas en Jerez y que su amigo Alejandro, las recogiera y me las diera para entrar a la casa de mi chico con el ramo encima. El viaje fue lo peor, cuatro horas de tren y una hora de trasbordo. Me levanté a las 7:30 de la mañana, me duché y me puse lo más guapa posible. Me monté en unos tacones y con mi maleta de cebra y mi cámara, salí de casa rumbo a la estación. Al llevar los tacones, el camino era mucho más difícil, así que las pasé "putas" para llegar. Casi pierdo el tren. Cuando me senté respiré hondo, tenía mi brazo destrozado, y mis pies chillaban de dolor. Llegué a Sevilla tras 3 largas horas. Me senté y desayuné un dulce que me traje en el bolso. Y a esperar, no paraba de temblar, tenía miedo a que no saliera bien, a que no fuera bien recibida... mil cosas me rondaban la mente.

Al fin llegó el tren que me llevaría a Jerez. Me monté y localicé a Alejandro, él me dijo que el ramo estaba en sus manos y que a las dos llegaría a la estación. Estaba saliendo todo genial, pero no dejaba de temblar.
Por el Whatssap le comentaba a mi chico que hoy comeríamos juntos a través de las webcams de nuestros ordenadores, que así celebraríamos el aniversario. Él aceptó. Eso me dio puntos para que almorzaramos juntos de verdad. Alejandro lo secuestró, lo llevó a su casa y demás (para ganar tiempo y para que mi chico no saliera ni nada) y de repente veo que me está llamando. Me puse más nerviosas aun ¿me ha pillado?¿Por qué me llama? ¡qué hago! no paraba de temblar y de comerme la cabeza porque pensé que lo sabía todo, que la sorpresa se había estropeado. Pero no.

Su compañero Victor me avisó de que Aitor acababa de llegar de estar con Alejandro y que estaba preparando el ordenador para "comer conmigo". Yo sonreí, no sabía nada.

Al fin llegué a la estación, y allí estaba Alejandro en el coche. Me sacó el ramo de rosas, me enamoré de él al instante. Rumbo a casa de Aitor. Cuando Alejandro arrancó, me puse más nerviosa que nunca. Estaba en Jerez, tenía a mi chico a tan solo unos metros y él no lo sabía.

Llegamos a su casa, Alejandro tocó al timbre "Aitor abre, te has dejado algo en mi coche". Me monté en el ascensor, Ale me acompañó, yo iba cargada y muy muy cansada. Llegué a la tercera planta y decidí tocar al timbre. Ale se fue y me deseó suerte.

¡DING DONG!
- Aitor abre tu que estoy limpiando el baño por favor.
- Vooooy.

Abrió la puerta y mis palabras fueron las siguientes:

-¡Hola! ¡Todo el mundo miente cariño! Esto es para ti, feliz aniversario.

Su cara fue espectacular, se quedó sin habla, se quedó blanco, creo que jamás conseguiré olvidar esa mirada iluminada. Tuve que insistir en que cogiera su ramo, estaba como en otro planeta. Me tiré encima de él y fue cuando reaccionó Su compañero Victor no dejaba de sonreír. Lo dejé pasmado, me encantó como se quedó, jamás lo había visto así. Estaba contento, feliz y muy enamorado, lo noté en su mirada, en la manera de abrazarme y en sus labios.

He pasado unos días en Jerez divinos, geniales, necesitaba estar con él, necesitaba estar juntos, demostrarle lo mucho que lo amo, lo mucho que lo he echado de menos durante los exámenes. Y recordarle que son cinco años juntos y que quiero ir sumándole muchos más.

Te amo.

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