jueves, 29 de noviembre de 2012

I feel fine

Me siento bien, segura de mi misma. Las cosas van tomando su rumbo, van siguiendo su cauce, van llegando las recompensas de hechos pasados, mi vida va complementándose a un ritmo vertiginoso.

Me levanto y tengo varios whatssap de la gente que me aprecia, conecto el ordenador y de momento mis amigos me piden consejos, me animan a jugar a las tantas de la madrugada y echarnos unas risas. A las tres de la mañana me llaman para saber si todo va bien, a las cuatro me mandan un mensaje de buenas noches. En el piso todos me quieren, me adoran, me tratan como una princesa. Se levantan y vienen a verme, a desearme los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches.

En mi habitación siempre hay gente, bien amigos, exs, primos, compañeros de piso... es genial estar siempre rodeada de gente y conseguir que por primera vez, no me sienta sola, me sienta reconfortada por todo lo que me rodea. Supongo que a lo bueno se adapta uno facilmente, yo lo estoy consiguiendo, haciendo lo que quiero, cuando quiero y a la hora que quiero.

¿Qué tengo que estudiar y me apetece hacerlo a las cuatro de la mañana? no hay problema, puedo hacerlo teniendo la certeza de que un par de amigos estarán por la noche conmigo haciéndome compañía vía Skype.

Me pregunto ¿acabará todo esto? ¿terminaré estando como en Lucena? ¿Perdida, desilusionada, angustiada? automaticamente me respondo: "para cuando eso ocurra yo ya seré demasiado feliz y dejaré de darle importancia a cosas que no lo precisan".

Granada, I FEEL FINE.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Madurar

Con el paso del tiempo vas madurando, vas aprendiendo cosas que te hacen crecer como persona. Conforme vas madurando, notas como le das cierta importancia a cosas que antes no eran más que un estorbo.
Poco a poco consideras dejar de ser egoísta y prestar ayuda a los demás. Aprendes a compartir, a aprovechar las cosas, a administrar el dinero, a convivir con gente muy diferente a ti. Vas dándote cuenta de lo duro que es llevar una casa y que tengas que hacértelo todo, que no haya nadie ahí para que te ayude cuando quieras un vaso calentito de leche.

Aprecias el valor de tus padres y en cierto modo los admiras, te preguntas ¿cómo pueden hacerlo todo y aún así mantener las ganas de sonreir? ¿Cómo mi madre que trabaja durante toda la mañana, luego llega a casa y nos hace la cena? pero esa pregunta sólo te la haces cuando tienes que valerte por ti mismo, cuando eres tu el que decide que comer mañana y cuando se debe separar la ropa blanca de la ropa de color. Eres tú el que decide limpiar la casa y que todo esté en orden. Eres tu el que a pesar del cansancio sigues sonriendo.

Maduras cuando miras hasta el precio de las bolsas de basura. Maduras cuando aún pasando por las tiendas de moda, resistes y piensas "comer es más necesario que ir a la moda". Maduras cuando los estudios van antes que las fiestas. Maduras cuando nada te importa más que todo vaya bien en la vida, en tu nueva vida.

Granada ha sido esa pizca de sal que me faltaba. Necesitaba salir de casa y valorar cosas tan simples como el coste de un paquete de arroz. Quizás os suene a tontería, pero he aprendido a valorar todo lo que tengo mi alrededor. Aún siendo una niña caprichosa, he logrado detener mis impulsos y ahorrar, comprar lo justo y lo barato, y no permitirme caprichos. He aprendido tantas cosas en Granada que espero no dejar de aprender. Para mi, es grande saber que me estoy convirtiendo en una gran persona, en aquella persona que siempre he querido ser. Una mujer fuerte, con carácter, pero, cariñosa y con gran espíritu. Una chica que pueda valerse por si misma, que sepa hacer las tareas de casa, compaginar la universidad y a la vez, mantener una relación a distancia. Hoy por hoy estoy contenta, orgullosa por haberme convertido en lo que soy ahora. Espero demostrarles alguna vez a mis hijos, que en la vida hay que ir aprendiendo poco a poco, y que hay que valorar mucho el trabajo de unos padres trabajadores, porque aún a día de hoy, no tengo ni idea, de como se puede sacar las fuerzas que sacan ellos, y que la sonrisa no se les borre del rostro.

Quiero seguir mejorando, aún quiero ser más buena persona. Quiero demostrarle a todos los de mi alrededor que soy yo misma, y ahora más que nunca. Que no me oculto bajo ningún velo. Que soy yo. Ana Escudero Caballero, una chica de 20 años nacida en un pequeño pueblo de Córdoba, con una hermana maravillosa y unos padres dignos de recibir un premio del año.

Gracias papá y mamá por ofrecerme la oportunidad de poder estudiar, gracias papá y mamá por darme ese apoyo incondicional, gracias papá y mamá por ser mis padres, por quererme como tal y por hacer que poco a poco, vaya siendo mejor persona. Gracias.

domingo, 11 de noviembre de 2012

De la noche a la mañana

De la noche a la mañana todo se vuelve negro. Hay momentos en los que me permito dudar si estoy haciendo algo mal, si la verdadera culpa de todo es mía, pero me doy cuenta de que no soy yo la culpable.

Estoy cansada, tan cansada que me he planteado irme de esta casa. Cansada de levantarme y no ver más que la suciedad de mis compañeros, cansada de que desaparezcan cosas mías que las he tenido que pagar con mi dinero. Se me nota perfectamente que mis ojos están hinchados de llorar y mi cuerpo agotado, aún así, nadie se para a preguntar "¿Oye Ana, qué te ocurre?" es mejor disfrutar de la compañía de alguien que preocuparte por aquella persona que vive a tu lado...

He decidido pasar, no hacer nada, ni tan siquiera limpiar mi parte, no hablar, ni comer junto a nadie, espero que así, se den cuenta de que poco a poco me están matando.


Buenas tardes Granada.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Preparada para fotografiar a mi Granada.

Con más energía que nunca, me voy a hacer unas fotos por las maravillosas calles de Granada. 

Es como un sueño hecho realidad.

Podré ponerle todo el sentimiento que está dentro de mi, para poder fotografiar a una obra de arte creada por la naturaleza.

Granada, que bella eres cuando sale el sol. 

viernes, 9 de noviembre de 2012

Granada llora


Granada, linda y bella Granada.
No llores, sabes bien que no hay nadie más bella que tu.


Granada, linda y bella Granada.
Eres bonita incluso cuando lloras.


 Granada, linda y bella Granada.
Eres dulce hasta cuando gritas y te iluminas en el cielo.



 Granada, linda y bella Granada.
Cada gota que se posa en el suelo es un deseo cumplido.




 Granada, linda y bella Granada.
Calles desiertas escuchando la nana de tu tenue lluvia.



miércoles, 7 de noviembre de 2012

Mi pequeña...

 Como un día normal, llegaba de la facultad muerta, cansada. Decidí ir al mercadona y comprar detergente que se me había agotado, de paso compré un par de yogures a 0.70 céntimos, me gustaba tener algo de postre tras las comidas. Llovía a mares, me estaba empapando debido a la inestabilidad con la que andaba, la compra pesaba demasiado, la carpeta de la universidad también y mi bolso estaba repleto.
Comencé a agobiarme, no sabía que hacer, así que decidí mojarme para poder así salvar los apuntes. Al fin llegué a casa, vi la propaganda y me dije "vamos a ver el folleto de Mediamark". Lo subí arriba a mi habitación.
Me dediqué a ordenar un poco el dormitorio, lo dejé algo desordenado por las prisas. Al fin me senté y decidí echarle un vistazo al folleto de Mediamark. Por lo visto era el aniversario del Mediamark pero sólo el de Granada, cumplía 7 años. Observé las tremendas ofertas que había, eran bastante llamativas. Y fue ahí, cuando pasé la página a la sección fotografía cuando me quedé helada.

"CANON 550D A MITAD DE PRECIO, POR TAN SOLO 399 €"

Pude notar como me subía un escalofrío y me recorría todo el cuerpo, no me lo podía creer. La cámara que yo quería a la mitad de precio, era espectacular. Respiré hondo y llamé a mi padre comentándole la oferta y el motivo por el cual debía comprarla ahora y no en Navidad que me saldría por casi 700 euros. Mi padre se mostró compasivo pero pude notar el "no" en sus palabras. Más tarde llamé a mi madre y me comenzó a decir todos los gastos que tenían, yo no pude evitarlo y rompí a llorar. Lloraba por la rabia de dejar escapar una oferta así. 
Pedro y Andy me apoyaron, y me comprendieron. Por una parte no quería la cámara por tal de no poner a mis padres en un compromiso, por otro lado, era una oferta que no podía dejar escapar. Esa noche dormimos los tres juntos en mi dormitorio, los dos metieron sus camas en el mío y estuvimos hasta las 5 de la madrugada charlando y riéndonos. 

A las diez y media sonó el reloj. Sin cansancio me levanté y pude observar que tenía tres llamadas perdidas de mi padre y un Whatssap de mi madre. Fui a llamarla para saber la respuesta, iba a aceptarla fuera negativa o positiva. 

"Tu padre te ha ingresado 400 euros, comprate la cámara pero asume que tienes que responder con hechos"

Mi corazón comenzó a latir con más fuerza que nunca. Me duché y miré al cielo, llovía como si no hubiera mañana, aún así, salí. No tenía ni idea de donde estaba el Mediamark, pero gracias a Google pude ubicarme. Fui andando, corriendo, hasta la estación, allí mi amiga Bea, había decidido acompañarme y mostrarme así, el camino a mi sueño. Cogimos el bus 3 y nos plantamos en la otra punta de Granada.

Cuando entré en el Mediamark aún tenía miedo de saber si la oferta era cierta o falsa, si todo había sido un sueño. Pero no, allí estaba ella, 399 euros cuerpo+objetivo. Me dieron ganas de saltar, gritar, llorar... pero me controlé, ya era lo suficientemente madura como para saber comportarme. Decidí comprarle la funda, para cuidarla como si fuera de oro. Cuando estábamos en la cola para pagar, mi mente se lleno de miedos "funcionará la tarjeta?" "¿estará el dinero?". No paraba de rallarme por preguntas sin sentido. Metí la tarjeta y pude ver "ACEPTADA". Fue cuando respiré hondo y dije mentalmente "¡¡¡¡MIIIIIAAAA!!!!!"

La vuelta fue lo peor, aún seguía lloviendo, y yo tenía miedo de que la cámara se mojara. Cuando Bea me dejó en la estación, cogí el último bus, el número 10 para llegar a casa. Entré en la calle Santa Clotilde asustada porque alguien me robara mi tesoro y me apresuré en abrir la puerta de mi casa.

De repente escucho "¡¡ANA TIENE UNA REFLEX, AL FIN, OE OE OE OE!! ¡TIA BUENA, FOTOGRAFA!". Eran mis compis de piso gritándome desde el balcón, no pude ponerme más contenta pese al cansacio acumulado. Subí las escaleras con cuidado para no resbalar y caerme y ahí estaban los dos, coreando mi nombre. Me recibieron entre besos, abrazos y un ¡queremos ver la cámara, haz la primera foto! Miré el reloj y vi lo tarde que era, así que puse la comida a calentar y corri a abrir la cámara y hacer la primera foto. La primera fue dedicada a mi mural de Billy Talent. Pude observar la cantidad de botones y de funciones que tenía mi Canon 550D. Me quedé impresionada. 

Comí y me fui a la universidad, había quedado con Bea y Aigua en la biblioteca. Mientras llegaban o no, yo me leía las funciones de la Canon, me llevé el folleto. Hicimos el trabajo, atendimos en Ciencia Política, hicimos un examen sorpresa en Análisis, en el anterior saqué un 6, cosa que me desmotivó bastante. Corrí hacía casa y me puse a ordenar el cuarto. 
Pedro llegó y se ofreció para hacerme la cena, se lo agradecí enormemente. Cené y me encerré en mi cuarto aprendiendo a usar la Canon. 

Aún me queda mucho recorrido para saber usarla como una profesional, pero juro que lo conseguiré. 

Bienvenida Canon 550D

domingo, 4 de noviembre de 2012

Lluvia

Esa lluvia que comienza a caer perezosa en las calles de Granada.
Noto como el cielo llora, como llora con finas gotas de agua.
Voy sola, caminando sola.
Miro al cielo de nuevo y veo como la lluvia comienza a caer con más fuerza.
Miro a mi alrededor y me doy cuenta de donde estoy.
Giro un poco y me encuentro cara a cara con la Alhambra, allí de fondo, tan bella ella.
Sonrío.
Sigo caminando sin dejar de observar la inmensa belleza de Granada.
Las calles casi desiertas despiertan a la niña que llevo dentro.
Llevo paraguas, pero permanece ameno a todo.
Aún mirando a la Alhambra y a esas calles tan dulces,
miro al cielo, abro los brazos y comienzo a dar vueltas sin parar de sonréir.
"Estás en Granada Ana" 
me obligo a recordar
"Ya... pero no estoy haciendo Psicología"
me autorespondo al instante y es cuando algo dentro de mi me convence:
"Serás una Socióloga y Psicóloga estupenda en el futuro".
Sin poder evitarlo, sonrío como si esa afirmación fuera cierta.
Sigo mi camino, dejando que la fina lluvia penetre en mi pelo, me cale hasta los huesos.
Me sentía libre. 
Lloré.
Siempre había querido llorar bajo la lluvia y era el momento clave.
Lloré por estar en Granada, lloré por los sentimientos que llevaba dentro, lloré a modo de desahogarme, estoy feliz aquí, soy feliz en Granada.
No importa que no halla conseguido la meta de estudiar lo que quería, si no de estar en Granada, que es la cuna de mi nueva vida.
Me paré para echarle un último vistazo a la Alhambra antes de continuar mi camino, miré al cielo lluvioso y dos lagrimas acariciaron mis pómulos rosados. Pude notar como el maquillaje me abandonaba, me sentí más libre aún. Comencé a correr sin poder dejar de sonreir ni mirar de un lado a otro.
"Pensarán que estoy loca, o peor aún, que voy bebida"
pero solo yo sabía que estaba desahogándome. 
Llegué a mi casa, con cariño, saqué las llaves y subí las escaleras aún empapada por la lluvia. Me tendí en la cama y susurré:
"Granada, te amo"

jueves, 1 de noviembre de 2012

A gusto

A gusto contigo misma, con los sentimientos, con todo el boom de vivir sola, alejada de los míos.

Por fin comienzo a estar a gusto en Granada, al fin puedo saborear, aunque sea un poquito, de esa esencia tan característica. Al fin comienzo a organizarme y conseguir así sacar más tiempo para mi.

El nuevo compañero ha sido de gran ayuda, ha traido mucho buen rollo a casa y gracias a eso, vuelvo a poder relajarme y pensar aunque sea unos minutos, en mi misma.

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