miércoles, 20 de febrero de 2013

El paso del tiempo

El paso del tiempo me ha enseñado tantísimo a lo largo de mis veinte años. Algunos, al leer "veinte" pensarán: "¡Pero si aún no has vivido nada!"
Claro que no he vivido nada, pero veinte años ¿no es algo? pregunto. Nací un 28 de agosto de 1992, fui creciendo, conociendo mundo. Fui al colegio, conocí a muchos amigos que aún conservo a día de hoy.
Luego me tuve que enfrentar a lo más difícil, primaria. Esos libros eran muy pesados para mi. Aun recuerdo un examen de Conocimiento del Medio en el cual no me acordaba de una pregunta y copié, sí, abrí el libro. Jamás me perdonaré eso. Recuerdo haber sacado un diez y odiarme porque yo y solo yo, sabía que realmente habría podido suspender.
Recuerdo las veces que creí estar enamorada, las veces que algún chico me miraba y yo me imaginaba el resto de mi vida a su lado siendo astrónoma. Sí, mi sueño era estudiar astronomía. Seguí creciendo, mis amistades comenzaron a consolidarse. Aún puedo recordar con total nitidez aquel día lluvioso en el cual, jugando con mis mejores amigas, me escurrí por culpa de un charlo y quedé empapada y llorando de la vergüenza. Mi abuela vino al colegio con ropa limpia para cambiarme, tenía un examen de inglés. Saqué un diez.

Mi siguiente etapa fue la ESO. Recuerdo como mis amistades de la infancia fueron cambiando, algunas se quedaron embarazadas, otras les perdí la pista y otras pocas continuamos en la misma clase. Que bonitos aquellos años en lo que los libros me parecían aún más difíciles. Miles de asignaturas nuevas, profesores nuevos, clases nuevas y un ambiente que me hacía sentir mucho más adulta y más madura. El amor siempre llamaba a mi puerta, siempre estaba "enamorada" de algún chico.
Aún saboreo las lágrimas de mi primer suspenso, un 3.5 en Geografía. Tenía miedo de llegar a mi casa y que mis padres me regañaran, pero ellos nunca han sido así.
Continué creciendo y creciendo. Llegué a 4 de la ESO. Historia. La historia de España, esa que estuve acarreando hasta septiembre, jamás se me olvidará. 4 de la ESO, el año que conocí de casualidad a mi pareja actual. De todas las veces que tuve "novio" siempre me imaginé con hijos, y siendo astrónoma. Con Aitor, fue diferente, no le vi mucho futuro a la relación y mi vocación había cambiado, quería ser profesora.

Llegó una de las etapas más duras (en aquel entonces). El bachillerato. Escogí Ciencias Sociales, odiaba la química y todos sus componentes. El año fue complicado, se exigía más. Ese año conocí a mi profesor Rafa Lozano. Hombre al cual le admiro como si fuera un padre. Me diseñó el camino que debía seguir, me enseñó lo que verdaderamente me gusta, la psicología. Me quedaron 4 para el verano. Estudié para 3, historia opté por abandonarla. Me dieron una beca de dos semanas a Canterbury (Inglaterra), la aproveché y fue algo único, increíble, maravilloso...
Volví. Septiembre. Suspendí todas las asignaturas menos historia. Jamás entenderé como lo conseguí. Repetí. Fue un duro golpe. Pero logré superarlo.
En ese año, abrí una tienda por internet de la cual gané muchísimo dinero. Escribí un "libro" que gustó muchísimo. Cambié completamente. Me volví mucho más fría. La gente me envidiaba por haber conseguido todo aquello que tenía, incluso seguir con mi pareja.

Segundo de bachiller. Casi igual que primero. Me esforcé como nunca, aún así, volví a repetir. Varios profesores me decían "quizás no sirvas para estudiar Ana, plantéatelo". Lo pensé muchas veces, pero soy muy cabezona, cuando quiero algo, hago todo lo posible por conseguirlo. Repetí y volví a encontrarme con otro profesor muy importante para mi, Jose Antonio Chacón, profesor de Lengua y Literatura. Ese mismo año, decidí abrir una página erótica. Una página de información sobre temas de sexo. Me acribillaron por ello. Yo para mi pueblo era la más "guarra". Yo jamás entendí el porque una chica no podía hablar de ese tipo de temas... y a día de hoy aún sigo preguntándome eso.
Me enfrenté a la selectividad, junto a mi chico.

Tan poco salió como esperaba. No saqué la nota suficiente para optar para Psicología en Granada. Pero aún estaba en lista de espera en la facultad de Jaén. Pero por desgracia, la psicología estaba de moda, y no conseguí mi meta. Hablé con mi viejo profesor de filosofía, Rafa. Le comenté que me ofertaron Sociología. Me animó a estudiar dicho grado.

Me vine a Granada. Entré en la carrera que me ofertaron. Sociología. Al principio no tenía muy claro si ese era mi lugar, si tenía que conformarme. Tenía miedo a ser odiada como en Lucena. Tenía miedo a los prejuicios de una chica que le gusta escribir sobre sexo. Tenía miedo. Desde que estoy aquí, he perdido a muchas "amigas" del pasado, pero también, he conocido a muchísima gente. Gente que les gusto como soy, que no me envidian, que nadie es superior, todos somos iguales.
Los exámenes son muchísimo peores que bachiller, la ESO y primaria juntos, pero no hay nada mejor que estudiar porque me gusta, porque quiero adquirir conocimientos.

A día de hoy, estoy orgullosa de quien soy, nunca he cambiado mi forma de ser, pero si que me vi obligada a contenerme y ahora pago las consecuencias. Me cuesta expresar lo que siento. Me da como pavor. Poco a poco lo voy superando.
Tengo una familia que me quiere, un novio al que idolatro, una web que me da la vida y unos amigos que espero que sigan estando a mi lado por mucho, mucho tiempo.

¿Y ahora? ¿Me vas a volver a regañar por decir que llevo mucho vivido?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores