lunes, 18 de febrero de 2013

Regreso al blog y sorpresa para mi chico.

De nuevo estoy aquí, aquí en mi Granada. Acabaron los exámenes. Fue una etapa muy dura, más de lo que jamás habría imaginado. He llorado, he tenido ansiedad, sueño, hambre... lo he pasado bastante regular.

Mis "amigas" arremetieron contra mi amenazándome con denunciarme por una cuenta de Twitter que no tenía nada que ver conmigo. Un colega de la universidad se enfadó conmigo por una gilipollez. Se me vino el armario encima y tengo jodida la mano y un dedo.

Suspendí un examen, de Ciencia Política pese a haberme tirado HORAS estudiando como si no hubiera mañana.

Resumiendo, ha sido un mes negro, muy negro. Solo tenía la obligación de estudiar y los últimos días me era practicamente imposible, no podía más, mi cuerpo no podía consigo mismo. Pero se acabó, ahora espero notas, solo se la de Análisis, un 6.9, iré a hablar con él para alcanzar el 7.

Pero el mes de febrero cambió, empezó con exámenes y está terminando con amor.

El día 13 era mi aniversario con mi chico, cinco años unidos. Decidí darle una sorpresa. Le comenté que no podría ir a Jerez por un trabajo de última hora. Se lo creyó. Creo que lo pasó mal, pero yo quería dejarlo de piedra y para eso, tenía que pasar por ese mal trago. Total, que decidí comprar un ramo de rosas en Jerez y que su amigo Alejandro, las recogiera y me las diera para entrar a la casa de mi chico con el ramo encima. El viaje fue lo peor, cuatro horas de tren y una hora de trasbordo. Me levanté a las 7:30 de la mañana, me duché y me puse lo más guapa posible. Me monté en unos tacones y con mi maleta de cebra y mi cámara, salí de casa rumbo a la estación. Al llevar los tacones, el camino era mucho más difícil, así que las pasé "putas" para llegar. Casi pierdo el tren. Cuando me senté respiré hondo, tenía mi brazo destrozado, y mis pies chillaban de dolor. Llegué a Sevilla tras 3 largas horas. Me senté y desayuné un dulce que me traje en el bolso. Y a esperar, no paraba de temblar, tenía miedo a que no saliera bien, a que no fuera bien recibida... mil cosas me rondaban la mente.

Al fin llegó el tren que me llevaría a Jerez. Me monté y localicé a Alejandro, él me dijo que el ramo estaba en sus manos y que a las dos llegaría a la estación. Estaba saliendo todo genial, pero no dejaba de temblar.
Por el Whatssap le comentaba a mi chico que hoy comeríamos juntos a través de las webcams de nuestros ordenadores, que así celebraríamos el aniversario. Él aceptó. Eso me dio puntos para que almorzaramos juntos de verdad. Alejandro lo secuestró, lo llevó a su casa y demás (para ganar tiempo y para que mi chico no saliera ni nada) y de repente veo que me está llamando. Me puse más nerviosas aun ¿me ha pillado?¿Por qué me llama? ¡qué hago! no paraba de temblar y de comerme la cabeza porque pensé que lo sabía todo, que la sorpresa se había estropeado. Pero no.

Su compañero Victor me avisó de que Aitor acababa de llegar de estar con Alejandro y que estaba preparando el ordenador para "comer conmigo". Yo sonreí, no sabía nada.

Al fin llegué a la estación, y allí estaba Alejandro en el coche. Me sacó el ramo de rosas, me enamoré de él al instante. Rumbo a casa de Aitor. Cuando Alejandro arrancó, me puse más nerviosa que nunca. Estaba en Jerez, tenía a mi chico a tan solo unos metros y él no lo sabía.

Llegamos a su casa, Alejandro tocó al timbre "Aitor abre, te has dejado algo en mi coche". Me monté en el ascensor, Ale me acompañó, yo iba cargada y muy muy cansada. Llegué a la tercera planta y decidí tocar al timbre. Ale se fue y me deseó suerte.

¡DING DONG!
- Aitor abre tu que estoy limpiando el baño por favor.
- Vooooy.

Abrió la puerta y mis palabras fueron las siguientes:

-¡Hola! ¡Todo el mundo miente cariño! Esto es para ti, feliz aniversario.

Su cara fue espectacular, se quedó sin habla, se quedó blanco, creo que jamás conseguiré olvidar esa mirada iluminada. Tuve que insistir en que cogiera su ramo, estaba como en otro planeta. Me tiré encima de él y fue cuando reaccionó Su compañero Victor no dejaba de sonreír. Lo dejé pasmado, me encantó como se quedó, jamás lo había visto así. Estaba contento, feliz y muy enamorado, lo noté en su mirada, en la manera de abrazarme y en sus labios.

He pasado unos días en Jerez divinos, geniales, necesitaba estar con él, necesitaba estar juntos, demostrarle lo mucho que lo amo, lo mucho que lo he echado de menos durante los exámenes. Y recordarle que son cinco años juntos y que quiero ir sumándole muchos más.

Te amo.

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