lunes, 12 de septiembre de 2016

Sin sentido #14

Y de verdad que no sé como he llegado hasta aquí. Cuantas veces he llorado ni cuantas veces he podido caerme y levantar. No entiendo por qué estaba y estoy más en el suelo que andando y es complicado cuando no paran de pisarte, de agobiarte e incluso de humillarte. Pero el dolor suele ser pasajero y cuando te pasa varias veces, va doliendo menos, y menos, hasta que llega un momento en el que dejas de sentir cuanto puede llegar a doler la pisada de un tacón en los pequeños huesos que tiene tu pie talla 37. Mentiras y más mentiras, ilusiones rotas y corazones con heridas incurables. Angustia y dolor de cuerpo. Nauseas y añoranza de una época que no volverá jamás. Dudas y miedos, terror y dolor. Pasado más que presente, y futuro más lejano aún que te hace preguntarte el por qué de las cosas, el por qué ocurre todo y por qué duele tanto. Ese dolor que se te incrusta en las venas y no te deja respirar porque se bebe el oxígeno que hay en ellas. Cansancio, pesadez. Risas amargas y sueños desesperados con gente inadecuada. Anhelos que nunca llegaran y abrazos que no tienen la misma fuerza. Sin sentidos que llegan a su fin y no saben cómo poner punto y final a una bonita historia de 4 años. Quizás no es un sin sentido con sentido de tener coherencia y exactitud. Quizás solo intenta maniobrar  y confundir tus emociones, volver a clavarte un cuchillo en la espalda y llegar hasta las piernas donde sin poder mantenerse, se caen de rodillas en un charco de pena, dolor, angustia y desolación.

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