viernes, 28 de diciembre de 2012

Tengo un problema

Así empieza el blog. Tengo un problema. Ya tiene nombre. Cuando mi madre me lo dijo no quería que tuviera razón. El médico lo confirmó y fue cuando me derrumbé aún más de lo que ya estaba.
Ahora lo veía todo más claro, ahora le veía sentido a todos mis estados de ánimo tan dispares. Cuando tomé conciencia de ello fue cuando me di cuenta de la gravedad del asunto.

Las paredes se me juntan continuamente, la vista se nubla, estoy feliz contenta y a los dos segundos estoy con ansiedad, llorando y pensando en soluciones tan drásticas como la muerte. Hago daño a las pocas personas que me rodean, las trato como animales, pero es algo que se que está mal, pero me produce placer. Un placer infinito saber que gano la batalla. Cuando vuelvo en mi, me doy cuenta de lo que he hecho y me vuelvo a venir abajo. Me hundo por ser quien no soy, por convertirme en un ser odiado, por darme asco a mi misma.

Tengo poco apoyo, tan solo tres personas saben realmente lo que me ocurre, me da pavor apoyarme en la gente y que me vean como un animalito al que hay que cuidar, como ese cachorrito recién nacido ¡no! odio que me miren con pena diciendo "mírala, que pena da, cuidémosla". Es injusto, pero es así.

Supongo que algún día sanará y todos los males se irán por donde han venido, pero quizás para cuando ese día haya llegado, yo esté completamente sola.

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